02 marzo 2019

The Loney (El Retiro) | Andrew Michael Hurley

Traducción: Óscar Mariscal | Editorial: Berenice


SINOPSIS

Cuando los restos de un niño pequeño son descubiertos durante una tormenta invernal, en un tramo de la sombría costa de Lancashire conocido como El Retiro (The Loney), un hombre llamado Smith se verá obligado a afrontar los terribles y misteriosos acontecimientos que acaecieron cuarenta años atrás, cuando visitó el lugar siendo un chiquillo. Fue entonces cuando su devota madre, una católica exacerbada, resolvió encontrar una curación para la discapacidad de Hanny, su hermano mayor. Así, la familia, junto con los miembros de su parroquia, se embarcaron en una peregrinación hasta un antiguo santuario. Pero no todos los vecinos se mostraron felices de recibir a los nuevos visitantes. Y cuando ambos hermanos conocen a una inquietante pareja que vive en una casa cercana, se verán involucrados en ritos inquietantes. Smith siente que es el único que conoce la verdad, y que tiene que llevar sobre sus espaldas el peso de ese conocimiento, no importa cuál sea el precio.


OPINIÓN PERSONAL

The Loney es una extensión salvaje y estéril de la costa inglesa. Nadie que conociese el lugar se acercaría al agua, pero todos los años se ahogaban unas cuantas personas. Durante una tormenta invernal, las mareas descubren los restos de un niño al pie de los acantilados, entre los cascotes de una vieja casa. A partir de ahí, la novela relata los sucesos que tuvieron lugar cuarenta años atrás.

Hace cuarenta años, el sacerdote de la parroquia pastoreaba a sus fieles durante una Semana Santa dedicada a la oración. La familia Smith, junto a otros miembros de la parroquia, peregrinaban en Pascua hasta un antiguo santuario, en un lugar de retiro, con la esperanza de que Dios obrase un milagro y curase la discapacidad de su hijo.

Sin embargo, el padre Wilfred falleció en extrañas condiciones. Durante su última visita a The Loney, el sacerdote pareció cambiar súbitamente. Todo el mundo en el pueblo está convencido, al menos de puertas para adentro, de que Wilfred vio algo en el retino. Pero nadie sabe con certeza qué sucedió, porque el diario del hombre desapareció tras su muerte. Solo es cuestión de tiempo que toda la verdad salga a la luz...

Tras la muerte de su querido pastor, el padre Bernard McGill ha sido trasladado desde un parroquia conflictiva para ocupar el puesto vacante. Aunque los feligreses no se muestran nada contentos con el nuevo sustituto, ya que Bernard es un cura demasiado moderno y permisivo para gusto de su grey ultra católica.

Pero, a pesar de sus reticencias, las familias más devotas de la parroquia (los Belderboss, los Bunce y los Smith) acudirán a The Loney en Pascua, bajo la tutela religiosa de su nuevo pastor. Durante su breve estancia en El Retiro, todos se alojarán bajo el mismo techo en una casa de campo. Solo que, este año, su convivencia hará más evidente si cabe su rechazo hacia el padre Bernard.

Aunque ése no será el mayor de sus problemas. Un vecino que vive con su madre ciega les da una advertencia: Hay gente por aquí a la que no le hace feliz que hayan venido.

La historia está escrita en primera persona por el hijo pequeño de la familia Smith. Como ya digo, a través de su relato, recuerda lo acontecido durante su infancia, hace cuarenta años. De modo que su discurso da cabida a tres líneas temporales: el presente, la peregrinación a The Loney y su relación con el padre Wilfred cuando apenas era un niño y veía normal la exacerbada rectitud de su entorno.

Desde los primeros capítulos, el ritmo narrativo se hace demasiado lento. En parte, porque la presentación de los personajes ocupa demasiadas páginas en las que no pasa nada relevante ni de interés. De todas formas, la mayoría de los protagonistas resultan excesivamente anodinos. De hecho, la historia sería la misma con otros protagonistas y el carácter religioso que nos ocupa en esta novela es un tema muy trillado, que otras novelas han tratado con muchísimo más acierto.

Así pues, la atmósfera nunca llega a ser todo lo inquietante que me esperaba, en parte, porque la ambientación es de manual, casi forzada. El autor describe con muchísimo esmero cada pequeño detalle en todos los escenarios que frecuentan, pero es solo decorado. A la larga, ninguna información es trascendente ni tiene razón de ser.

Del mismo modo, no desarrolla NADA la psicología de los antagonistas. Cuando los hermanos empiezan a relacionarse con una familia vecina, la historia da un giro casi insignificante. Tampoco describe ni explica como es debido los ritos que están teniendo lugar en el pueblo, de modo que la fantasía oscura se queda totalmente en el aire.

Cuando he cerrado el libro, me he quedado igual que estaba porque no me entero de la misa la media. Lo peor de todo es que, después de una lectura desquiciante y confusa, el autor resuelve la trama con muchísima torpeza y la misma rapidez.

En conclusión. Totalmente prescindible, una novela muy del montón. La prosa es correcta, pero el ritmo narrativo se hace demasiado lento. Solo me ha gustado la ambientación, que tampoco es demasiado original porque la temática ya está muy vista. De todas formas, aquí la fantasía religiosa termina siendo demasiado sutil y los personajes secundarios permanecen en un segundo plano hasta las últimas páginas. Tras finalizar su lectura, me he quedado igual que estaba porque no explica ni desarrolla la historia como es debido.


«No creo que alguna vez dejemos de añorar a nuestros seres queridos desaparecidos, pero los sentimientos cambian si se les da tiempo. Extrañé terriblemente a mis papás cuando se fueron, tanto que ni siquiera quería pensar en ellos. Me costó años, pero cuando hablo de ellos ahora siento alegría; es cuando los siento más cerca, y sé que en realidad no me han dejado.»

«A veces el miedo obliga a la gente a hacer cosas raras.»


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