02 marzo 2019

Rubí | Piedras preciosas 1 | Kerstin Gier

Traducción: Luis Miralles de Imperial | Editorial: Montena


SINOPSIS

Vivir en una familia cargada de secretos no es fácil. O al menos eso es lo que piensa Gwendolyn Sheperd. Y es que en su casa nada ni nadie es del todo «normal»: empezando por su excéntrica tía abuela, pasando por la misteriosa Lucy, que se escapó de casa hace diecisiete años sin dejar rastro... y, para acabar, también está Charlotte, su encantadora y rabiosamente perfecta prima, quien, según parece, ha heredado un extraño gen familiar que le permitirá viajar en el tiempo.

Pero un día Gwen se encuentra de pronto en el Londres del penúltimo cambio de siglo y comprende que el mayor secreto de su familia es ¡ella misma! Para protegerla, su madre trató de ocultarle todas las pruebas, pero en realidad ella es la última viajera en el tiempo y tiene una importante misión que cumplir. Ahora Gwen está en el ojo del huracán y parece que todo el mundo tiene un montón de advertencias que hacerle. En cambio, nadie va a decirle lo más importante: es mejor no enamorarse mientras se viaja de una época a otra, porque eso puede complicar terriblemente las cosas...


OPINIÓN PERSONAL

Gwendolyn Sheperd no es una chica normal y corriente. Las mujeres de su familia son portadoras de un extraño gen familiar que les permite viajar en el tiempo. En su casa, nadie es del todo "normal". Gwen puede ver y hablar con fantasmas. Su tía abuela tiene extrañas visiones del futuro. Y su prima Charlotte, quien ha heredado el gen, ha sido preparada durante toda su vida para sobrevivir en el pasado. Nunca ha tenido tiempo para divertirse con amigas o salir con chicos. En lugar de eso, ha recibido clases de baile, esgrima, equitación, lengua e historia.

El primer salto en el tiempo, el Salto de Iniciación, se produce entre los dieciséis y los dicesiete años del portador del gen y es totalmente incontrolado. Pero, aunque Charlotte lleva días padeciendo los síntomas habituales, aún no ha experimentado su primer salto. Al final, resulta que todo el mundo estaba equivocado respecto a Charlotte. En realidad, la portadora del misterioso gen ¡es Gwen!

Por desgracia, Gwendolyn no ha recibido la misma educación que su prima, así que nadie le ha explicado lo que tiene que hacer durante los saltos en el tiempo. Por esa razón, su madre acude a los Vigilantes, una antiquísima sociedad secreta conocida como la Logia del Conde de Saint Germain.

A partir de entonces, Gwen estará siempre bajo la protección de Gideon, un chico engreído, que preferiría seguir trabajando solo, o en compañía de Charlotte. De todas formas, lo que prometía ser un viaje en el tiempo seguro y tranquilo, se convierte en una pesadilla que los cambiará a ambos para siempre.

El prólogo y el epílogo están escritos en tercera persona, pero el resto de la novela está narrado en primera persona por la propia Gwendolyn. La verdad es que la prosa me ha parecido muy natural y espontánea, ya que a veces utiliza expresiones muy graciosas y aparecen reflejadas muchas de las preocupaciones más típicas de una chica de su edad. Gwen se describe a sí misma como un bicho raro, pero yo he empatizado con ella desde la primera página. 

Me ha gustado mucho que no sea perfecta. Por otro lado, Gideon sí es el perfecto caballero, algo comprensible teniendo en cuenta la vida que ha llevado. Aunque también tiene su punto rebelde y sarcástico. La historia romántica entre Gideon y Gwen está muy bien llevada, excepto porque el final necesitaba más páginas. 

De momento no profundiza demasiado en la psicología y las motivaciones de los otros personajes. No obstante, cada uno posee una personalidad bastante marcada que los diferencia del resto. En general, me han parecido creíbles y nada exagerados. Otro detalle que me ha gustado muchísimo es que, a pesar de ser una novela juvenil, la trama no deja de lado a los adultos.

En conclusión. La historia es sencilla, pero se trata de una lectura muy entretenida. El desenlace me ha parecido un poco precipitado, pero al mismo tiempo, me ha dejado completamente intrigada y con muchísimas ganas de leerme el resto de la trilogía. Por cierto, me ha sorprendido gratamente que el prólogo y el epílogo vayan de la mano.


«—No tengas miedo, Gwendolyn. No estás sola.
Exacto, no estaba sola. Estaba con gente en la que no podía confiar.»


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