18 junio 2022

Los ojos amarillos de los cocodrilos | Trilogía de París 1 | Katherine Pancol

Traducción: Juan Carlos Durán Romero | Editorial: B de Bolsillo


SINOPSIS

Cuando su marido huye con su amante para abrir una granja de cocodrilos en Kenia, la vida de Joséphine Cortès se derrumba. Mientras tanto, su hermana Iris, que parece tenerlo todo, sueña con devolverle el sentido a su vida. Y cuando durante una cena Iris se encuentra con un editor famoso, parece que ha encontrado su oportunidad.

Tras mucha persuasión, logra convencerlo para que le publique una novela... pero hay un problema: Iris no tiene nada escrito. Así que le ofrece a su hermana un trato: Joséphine escribirá la novela y se embolsará las ganancias, pero el libro se publicará bajo el nombre de Iris. Y todo va bien... hasta que la novela se convierte en el mayor best-seller de la temporada.


OPINIÓN PERSONAL

«Los grandes de este mundo son como nosotras: débiles, vulnerables y, sobre todo, están solos». Creo que esta frase resume perfectamente la esencia de la novela. Los ojos amarillos de los cocodrilos cuenta la historia personal e íntima de una familia y tres generaciones.

Iris y Josephine son hermanas, pero no podrían parecerse menos. Iris es una mujer con encanto, segura de sí misma y casada con el extremadamente rico, Philippe. Josephine acaba de descubrir que su marido tiene una aventura y, de la noche a a mañana, es abandonada a su suerte con dos hijas: Hortense y Zoé. Al igual que su madre y su tía, las hijas de Josephine no podrían parecerse menos entre sí. Zoé todavía es una niña inocente e insegura, mientras que Hortense es una adolescente en la edad del pavo que aspira a seguir los mismos pasos que su tía.

A partir de un argumento tan sencillo, la novela profundiza lentamente en la psicología de todos los personajes, puesto que todos tienen el mismo peso dentro de la historia y cada uno desempeña un papel fundamental en una familia que se rompió hace años. Las diferencias que los separan son irreconciliables y solo ellos saben por qué han permanecido unidos de cara a la sociedad durante tanto tiempo.

Y este ha sido para mí el punto fuerte de la novela: el juego de las apariencias y la presión social a la que viven sometidos todos los miembros de la familia, por diferentes razones. Como citaba al inicio de la reseña, los grandes de este mundo son como nosotras: débiles, vulnerables y, sobre todo, están solos. Todos estamos solos, todos tenemos inseguridades y miedos. Todos estamos en medio de algo que nos supera, atrapados en circunstancias que se escapan a nuestro control.

No todos los personajes me han caído bien y lo digo como algo positivo. La historia retrata distintas formas de entender la vida y lo hace de forma notable, exponiendo la psicología de tres generaciones con economías dispares. Mi favorita sin duda ha sido Josephine, simplemente porque me parece una persona más cercana y afín a mis propias inquietudes. Me he sentido más identificada con su evolución personal y además me ha parecido la más sólida.

He subrayado párrafos enteros, es una novela que habla de autoestima y superación personal a través de personajes de carne y hueso que tienen que enfrentarse a sí mismos para vencer a los fantasmas del pasado. Lo más triste de todo es que, muchas veces, los fantasmas del pasado son las personas que más deberían querernos.

El estilo narrativo es ameno, aunque a veces me he perdido porque una narradora en tercera persona de pronto habla en primera persona y salta de un pensamiento a otro, incluso con saltos en el espacio-tiempo. Hay que leer con calma, abrir el libro y dejarse llevar por las desventuras y cotilleos de estas "viejas amigas" a las que parece que conocemos de toda la vida.

Podría decirse que el final es un principio. De hecho, la historia continúa en El vals lento de las tortugas. Sin embargo, me siento bastante satisfecha con el desenlace de todas las historias y, quizá por ese motivo, pienso que no queda material suficiente para una continuación. Si aquí ya me sobraban algunas páginas y personajes secundarios, en una segunda parte... creo que no me animo con su lectura.


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