22 diciembre 2019

¿Cuánta tierra necesita un hombre? | Lev Tolstói

Traducción: Vistor Gallego | Ilustraciones: Elena Odriozola | Editorial: Nórdica libros


SINOPSIS

Escrito en 1886, ¿Cuánta tierra necesita un hombre? es una modernísima parábola sobre la ambición del ser humano. Pajom es un campesino al que ninguna extensión de tierra satisface: cuanta más tiene, más necesita. Al conocer que los habitantes de una lejana región, los bashkirios, le ofrecen tanta tierra como pueda recorrer en un día, no lo dudará e intentará abarcar la mayor cantidad posible...

La prosa de Tolstói —decía Nabokov— late al ritmo de nuestro corazón. Elena Odriozola (Segundo Premio Nacional de Ilustración 2006) ha captado ese pulso narrativo y nos lleva con sus imágenes a la tierra que vio nacer a Pajom, permitiéndonos acompañarle en su viaje por la estepa rusa, marcado por el ritmo de su ambición. Las vacas serán testigo de ese afán.  


OPINIÓN PERSONAL

Pajom es un campesino al que ninguna extensión de tierra satisface: cuanta más tiene, más necesita. Su avaricia lo hace emigrar constantemente, en busca de mejores tierras. No obstante, cuantas más propiedades adquiere, más se le avinagra el carácter. Y cuando las cosas vienen mal dadas, pega e insulta a su familia. Aunque sus seres "queridos" no son los únicos que sufren un calvario por su culpa, ya que Pajom también es un mal vecino.

Un día, mientras su mujer discute con su hermana sobre los inconvenientes y las ventajas de vivir en la ciudad o en el campo, Pajom interviene en defensa de la vida campestre. «¡La única pena es que disponemos de poca tierra! ¡Si tuviera toda la que quisiera, no tendría miedo de nadie, ni siquiera del diablo!» Pero ¿qué pasaría si el diablo hubiera escuchado esta conversación? 

La prosa de Tolstói es magnífica. Solo ha necesitado un par de líneas para que nos posicionemos en contra de un protagonista con el que la mayoría deberíamos sentirnos identificados, en mayor o menor medida. Después de todo, la avaricia es el Mal de nuestra sociedad. También retrata a la perfección el aura de misterio que rodea al diablo, quien apenas hace acto de presencia pero nunca desaparece.

Por otro lado, el ritmo narrativo me ha parecido muy fluido desde la primera página y es un relato tan corto que se lee en lo que dura un suspiro. Por desgracia, el final me ha dejado como estaba porque la moraleja resulta demasiado predecible.

De todas formas, y sintiéndolo mucho, lo que menos me ha gustado de todo han sido las ilustraciones. Básicamente, es el mismo señor en diferentes posturas sobre un fondo blanco. Su trabajo de ilustración me parece técnicamente impecable, pero lo cierto es que no ha logrado transmitirme ninguna emoción, ni yo he conseguido asociar los estímulos visuales con lo que estaba leyendo.

En conclusión. Escrito en 1886, ¿Cuánta tierra necesita un hombre? es una parábola sobre la ambición del ser humano. Una lectura amena e interesante, que el paso del tiempo ha vuelto totalmente prescindible porque, a día de hoy, no aporta nada nuevo.


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