26 mayo 2024

Peter Pan | J.M. Barrie

Traducción: Nazaret de Terán Bleiberg | Ilustraciones: F.D. Bedford | Cubierta: Daniel Gil | Editorial: Alianza


SINOPSIS

Como todas las creaciones que pulsan las cuerdas más recónditas del ser humano, la figura de Peter Pan, el niño que no quería crecer, no ha cesado de agigantarse en el imaginario del hombre moderno desde que en 1911 James M. Barrie (1860-1937) publicara en forma de narración la obra de teatro que siete años antes había alcanzado ya inmenso éxito en Londres. Animado por personajes de una capacidad de sugestión que poco tiene que envidiar a la del propio Peter Pan –como Campanilla, Wendy o el capitán Garfio–, el magistral relato concebido por Barrie participa tanto del cuento de hadas como de la novela de aventuras, la crónica de piratas y la leyenda popular, y es cabal encarnación de sueños infantiles nunca del todo olvidados.


OPINIÓN PERSONAL

Wendy, John y Michael, descendientes de los padres Darling, se escabullen una noche de su habitación y, guiados por Peter Pan, vuelan al País de Nunca Jamás. Durante varias lunas y soles, los niños perdidos viven extraordinarias aventuras en una isla de fantasía donde habitan las hadas, los piratas, los pieles rojas y la laguna de las sirenas.

Peter Pan no es un personaje muy amable que digamos, es la viva representación de una infancia egoísta y desdeñosa. Se cuentan historias extrañas sobre él, es un niño descarado y engreído que se escapó de casa porque no quería crecer y vivió mucho tiempo entre las hadas. Su amiga Campanilla es un hada vulgar, celosa y maliciosa, que pondrá en más de un aprieto a la pobre Wendy.

Es una novela que ha envejecido en cuestión de valores y se nota el paso de los años. Retrata a los niños como seres crueles dispuestos a abandonar a sus seres queridos por la novedad y prácticamente santifica el amor de una madre. Todo gira en torno a la figura materna y las cualidades de una "auténtica mujer", aunque muchas veces ironiza sobre la masculinidad frágil de los hombres.

Y al mismo tiempo, el País de Nunca Jamás nos quita las ganas ser adultos Más que literatura infantil, es un libro para niños interiores que desean volar «la segunda a la derecha y todo recto hasta la mañana», pelear contra piratas, nadar con sirenas y perderse del mundo en una casa subterránea. Hay mucha violencia y muerte en sus páginas, poco detallada, eso sí.

La fantasía tiene algo de realismo mágico con un punto cómico que muchas veces roza el humor negro. Un narrador en tercera persona nos habla y rompe la cuarta pared todo el tiempo, nos invita a observar a los niños entre las sombras, como si estuviéramos escondidos en ese mapa imaginado. Las descripciones me parecen un deleite, acompañadas de ilustraciones clásicas que son una maravilla. 


«Solo los que son alegres, inocentes e insensibles pueden volar.»

«Mira, Wendy, cuando el primer bebé se rió por primera vez, su risa se rompió en mil pedazos y éstos se esparcieron y ése fue el origen de las hadas.»


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