28 mayo 2024

La tienda de los suicidas | Jean Teulé

Traducción: Teresa Clavel | Editorial: Zeta



SINOPSIS

En esta novela enormemente divertida, no exenta de humor negro, el lector penetra en la tienda y en la vida de una familia, los Tuvache, dedicada desde hace generaciones a la venta de productos (sogas para ahorcarse, toda clase de venenos, armas, etc.) que cualquier suicida debe tener a mano para el momento en que decida abandonar este mundo. Los Tuvache se sienten orgullosos de su trabajo y de su reconocida eficacia profesional, hasta que el menor de sus vástagos empieza a dar muestras inquietantes: es un niño alegre, al que le entusiasma la risa.


OPINIÓN PERSONAL

Los Tuvache llevan el suicidio en la sangre. Durante generaciones, la familia ha trabajado en una tienda pequeña donde nunca entra luz, vendiendo kits de suicidio. Mishima y Lucréce, los actuales propietarios, son un matrimonio sumido en la apatía. Su hijo Vincent es un anoréxico con migrañas y su hija Marilyn se siente inútil y fea. “Nadie ha sonreído jamás en la familia Tuvache.” Hasta que nace su tercer hijo, un niño feliz y optimista que, pase lo que pase, siempre sonríe.

El argumento me atrajo por lo peculiar del negocio, una familia que se dedica a vender productos de lo más creativos a una clientela suicida. La historia principal es una sucesión de ventas que describe mil formas diferentes de alcanzar la muerte y los motivos que los han traído aquí. “¿Su vida ha sido un fracaso? ¡Con nosotros, su muerte será un éxito!”

En ese sentido, el desarrollo de los acontecimientos me ha sabido a todo. A través de las conversaciones y de una televisión futurista, atisbamos el mundo exterior: un planeta irreconocible que ha sobrevivido a guerras radioactivas, virus y desastres ecológicos. En esta sociedad distópica, donde las religiones han sido olvidadas, lo normal es deprimirse al ver las noticias.

La novela comienza en tono alegre, presumiendo de humor negro como respuesta a la omnipresencia de la muerte, pero la ambientación se oscurece a medida que los personajes se abren a la familia y hablan de horrores actuales, como las expectativas de un futuro nada prometedor y la baja autoestima. En absoluto pretende dar lecciones, aunque podría decirse que la moraleja es nuestra actitud frente a la vida.

Es un libro corto que va a lo principal y se lee en un rato, me ha sorprendido tanto por el tema como por la inventiva. El final es un cierre magnífico, pero le faltan páginas para que las emociones no sean tan abruptas.


«¿Por qué iba a sonreír?»

«Siempre es un poco de noche para alguien en el mundo.»


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