El ladrón de estrellas | Begoña Ibarrola

Ilustraciones: Anne Decís | Editorial: SM

SINOPSIS

Jaime tenía una gran amiga que se llamaba Claudia y siempre le intentaba demostrar cuánto la quería. Un día Claudia le preguntó qué estaba dispuesto a hacer por ella y Jaime tuvo una idea: le regalaría la Luna. Así que una noche, fue a hablar con ella. Un cuento sobre el amor.

OPINIÓN PERSONAL

Jaime quiere impresionar a su amiga Claudia para demostrarle cuánto la quiere porque ella le ha preguntado ¿qué estarías dispuesto a hacer por mí? Entonces, la autora hace uso del clásico "te regalaría la luna" como expresión máxima del amor hacia una mujer. Cuando todos sabemos que es imposible (y mentira). Pero Jaime no se da por vencido, y decide que regalarle una estrella cada semana es una idea igual de buena. Hasta que, una noche, se encuentra con un personaje enorme y luminoso... ¡El Jardinero del Cielo! Y no parece nada contento.

La moraleja de este cuento es realmente bonita, toda una lección de cómo se debe querer. El final le resta importancia a los grandes regalos y le concede muchísimo más valor a los pequeños detalles cotidianos, como un beso o una sonrisa.

Es cierto que yo modificaría algunas expresiones que utiliza, para que fuera un libro menos clásico. Por ejemplo, la luna no quiere acompañar a Jaime porque ¿qué dirá el Sol si ella se marcha? Él no va a consentir que ella se vaya, ya que la quiere mucho. Pero como ese no es el único motivo por el que se opone a abandonar el cielo, aceptaremos barco como animal acuático.

La edición de SM es una preciosidad gracias a la ilustraciones de Anne Decís. El libro no sería igual de bonito sin ellas. Además, contiene fichas coleccionables para padres y un póster con propuestas de actividades para el niño.

En conclusión. Un cuento sobre el amor y la amistad en su vertiente más clásica. La moraleja es preciosa, pero si las ilustraciones no fueran tan, tan bonitas, la historia no me habría inspirado la misma ternura.

«Dentro de tu corazón hay millones de estrellas, no necesitas venir al cielo a robarlas».

«¿Acaso crees que regalándole estrellas va a quererte más?»