SINOPSIS
Cinco hombres conviven en el tiempo, un tiempo que abarca desde 1990 hasta 2020, sin tener relación aparente entre ellos. Pero hablar del tiempo es delicado. ¿Qué consideramos tiempo? ¿Es el mismo tiempo para todos? ¿Y si estos hombres tienen una relación entre ellos pero todavía lo desconocen?
OPINIÓN PERSONAL
Adam ha sido entrenado para cumplir un encargo que salvará el mundo: debe matar al hombre que lee el periódico junto a un quiosco. Bruce, quien lo acogió cuando era pequeño y al que no ha vuelto a ver en persona desde hace años, le ha entregado un maletín con todo lo necesario para su primer y último encargo.
Jaimie ha tenido un sueño extraño donde era testigo de cómo asesinaban a un hombre. Pero al despertar y mirarse en el espejo, no se reconoce, no sabe quién es ni recuerda qué hace en ese apartamento.
Y mientras las vidas de los demás parecen desmoronarse por momentos, Christian es feliz con Julie, una mujer hermosa que conoció en una cafetería.
Adam, Bruce, Jaimie, Christian, Jack. ¿Qué tienen en común estos cinco hombres? Parece que Bruce es el responsable que urde el destino de los cuatro, mientras todos persiguen la pista de un misterioso reloj. La novela está llena de señales que nos indican su posición en el mapa, trazando una trama temporal bastante enrevesada y algo tramposa.
El desenlace es predecible, quizá porque no es nuevo. Enseguida se intuye qué estás leyendo y resta fuerza a un final que me deja con más preguntas que respuestas. Me ha gustado porque intenta hacerlo diferente, pero ha complicado tanto el nudo que deshacerlo minuciosamente equivale a desentrañar una montaña de paradojas.
Con todo, me ha parecido un relato bien estructurado que recomiendo si buscas una lectura entretenida para matar el tiempo.
«No hago mi camino, estoy siguiendo los pasos ya andados por otra persona.»
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