Diseño de cubierta: Fran Fernández
SINOPSIS
Han pasado siglos desde que nuestra raza se aventurase al espacio exterior por primera vez. Ahora, los modestos colonos expanden la civilización a través de la galaxia. Exceleon II, primer asentamiento colonial en un remoto rincón del Imperio Terrestre, es el hogar de Brael. La ciudad, construida en mitad de una selva con árboles tan grandes como rascacielos, es el único refugio seguro para nuestra especie en el planeta.
Sin embargo, Brael se verá envuelto en un complot del que no quería formar parte y será obligado a abandonar la colonia. Junto a un grupo de supervivientes no tardará en descubrir que, sin tecnología, los seres humanos no son más que carnaza para las especies autóctonas.
Solo la determinación de Raven, líder de los exiliados, los animará a seguir luchando por volver entre los muros de la ciudad y acabar con Staler Kauss, el tirano que mantiene el poder expulsando a cualquiera que cuestione su liderazgo.
OPINIÓN PERSONAL
Exceleon II es el primer asentamiento colonial de un planeta hostil, una civilización más del Imperio Terrestre protegida por muros electrificados y tecnología humana. Staler Kauss gobierna la capital como alcalde designado desde la Nueva Tierra, pero lo hace con total impunidad, asegurando la vida de los colonos como siervos. La opinión de estos no tiene validez entre las clases más altas y su misión es obedecer, trabajar y reproducirse.
Los colonos que manifiestan su opinión, son desterrados a una selva alienígena donde resulta imposible sobrevivir sin ningún tipo de tecnología. Los rebeldes rumorean que el sargento Raver, expulsado de los muros hace casi tres años, se las ha arreglado para sobrevivir en las tierras salvajes con un arma, aunque nadie puede confirmarlo.
El narrador en primera persona de estas crónicas es Brael Smicht, un ingeniero eléctrico de treinta años que solo sale de casa para trabajar y agacha la cabeza frente a los poderosos, no quiere meterse en problemas ni oír hablar de rebelión. Por ironías de la vida, se ve envuelto en un complot y es detenido por conspiración.
Me esperaba una historia más centrada en la rebelión social, pero la colonia tiene poca relevancia, al menos en este primer volumen de la serie. Aquí el space opera es pura supervivencia en una selva alienígena habitada por cazadores humanoides y otras criaturas igual de mortíferas. Suceden aventuras sin parar, la acción pasa a un ritmo trepidante y no se detienen mucho tiempo en ningún paradero.
Está bien escrito y es ameno, pero sus movimientos por el mapa me han parecido erráticos, con muchas lagunas. Los combates con la fauna autóctona no siempre son creíbles, las características del oponente parece que varían en función del guion y enseguida intuimos quiénes van a sobrevivir. Por otra parte, la estrategia, digamos, militar del grupo deja mucho que desear, ya que los personajes se contradicen y los planes cambian en cuestión de segundos.
Un detalle que siempre aprecio es que el protagonista no es el clásico héroe. Brael inicia su viaje como un hombre cobarde que traicionaría al prójimo para sobrevivir, está obsesionado con sentirse atractivo y poderoso, tiene pensamientos egoístas y celebra la muerte de los enemigos. Sus pensamientos suenan algo infantiles para la edad que tiene, pero en general me gusta que no sea el salvador heroico que sí encontramos en el sargento Raven.
En su gran mayoría, los protagonistas son hombres, excepto por los atributos de su compañera Sera. Abundan las descripciones como «sus pechos volvían a saltar rítmicamente y me di cuenta de que nada en el bosque me hacía sentir más en casa que aquella visión». El resto de personajes, al igual que la personalidad de Sera, pasan sin pena de gloria, hay pocos y poco desarrollados.
Es un libro muy introductorio que nos presenta a los protagonistas de los próximos libros y nos adelanta información de guerras en sistemas exteriores para atraparnos con una trama que promete. Destaco que está bien escrito y resulta entretenido pese a todo, lo he leído del tirón.
«Es extraño cómo nuestras necesidades y nuestra felicidad se dan la mano cuando cambian las condiciones de vida, el peligro al que te ves expuesto y las posibilidades de seguir respirando.»
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