En busca de la verdad | Fernando Pérez Rodríguez

Diseño de cubierta: Raquel Arroyo

SINOPSIS

Lucas, es un ex-policía retirado, que de la noche a la mañana se ha convertido en un famoso escritor de novelas policiacas. Un día de repente y después de mucho tiempo, recibe la llamada de su hermana Ana, que desea verle y darle una noticia.

Cuando llega el día que Lucas se dispone a ver a su hermana Ana, recibe una llamada de un antiguo compañero suyo de la policía, parece ser que han encontrado a su hermana muerta y todo apunta a que se suicido. Pero Lucas desconfía de esa versión y con la ayuda de un antiguo compañero y su sobrina, comienza una investigación en busca de la verdad.

OPINIÓN PERSONAL

Lucas es un policía retirado que, desde hace seis años, se dedica a escribir novelas de misterio, aunque está atravesando un bloqueo escritor que le impide acabar uno de sus mejores trabajos. Se retiró del cuerpo de policía porque siempre se obsesiona con ver un culpable que no existe, pero ahora no es capaz de encontrar el asesino perfecto para su libro.

Su profesión literaria quedará relegada a un segundo plano cuando su hermana Ana aparezca muerta en la comisaría. Presuntamente se ha suicidado con un arma que no estaba asignada a ningún agente. Las cámaras de grabación dejaron de funcionar el día anterior, algo demasiado sospechoso para cerrar el caso con tanta premura, pero sus excompañeros se comportan de manera extraña.

Lucas no entra a creer que se haya suicidado. Es cierto que dejó una nota escrita de su puño y letra, pero ella nunca hubiese querido que su hija se quedara sin madre y últimamente parecía feliz gracias a un romance que mantenía en secreto.

Cuando sus excompañeros le dan la espalda, Lucas decide investigar por su cuenta con la ayuda de Javier, un expolicía que está deseando denunciar la corrupción del cuerpo de policía. 

El grueso de la investigación son dos amigos paranoicos reflexionando frente a una pizarra con fotos de los sospechosos. Las conclusiones no son más que sospechas infundadas ya que ninguno tiene acceso a las pruebas hasta que la Providencia les obsequia con la persona que necesitan para resolver parte de la trama.

La documentación es nula, aquí la autoridad toma decisiones que no se entienden y el funcionamiento de la comisaría resulta poco creíble. Los personajes adolecen de profundidad, es un argumento con muchas lagunas que solo dedica tiempo a las pesquisas de Lucas y Javier.

Si bien es cierto que necesita una pequeña corrección, el estilo narrativo es ameno y te pica el gusanillo de saber quién lo hizo, cómo y por qué. Lo he leído del tirón.

«Nos causaba impotencia ver cómo algo malo podía ser el resultado de situaciones absurdas pero, al fin y al cabo, ese era el mundo real.»