Traducción: Matilde Horne | Editorial: Minotauro
SINOPSIS
Como cada año en la noche de Halloween, un grupo de niños se disfrazan y salen a la calle para pedir premio o prenda. Cuando van a buscar al último chico de la pandilla, Pipkin, lo encuentra alicaído, y éste les pide que le esperen en la casa Fantasmal de la Cañada. Allí les aguarda un peculiar personaje que les descubrirá los orígenes de la fiesta de Halloween.
OPINIÓN PERSONAL
Ocho muchachos disfrazados celebran la noche de Halloween al grito de premio o prenda. Tenían que ser nueve, pero Pipkin, «un compendio de todos los chicos que alguna vez corrieron, se cayeron, se levantaron, y corrieron de nuevo», se encuentra mal y no puede unirse a ellos. Cuando llaman a la puerta de una casa encantada, los recibe un misterioso personaje, Carapacho Clavícula Mortajosario, y comienzan un viaje fantástico para descubrir el secreto de la Noche de las Brujas.
El Árbol de las Brujas no cuenta exactamente el origen de Halloween, es más bien un repaso histórico a las festividades que la humanidad ha celebrado desde hace milenios, algunas más populares y recientes que otras, y su estrecha relación con la religión dominante de aquella época. El viaje de los niños mezcla fantasía, realismo mágico y surrealismo para llevarnos a tiempos y escenarios inesperados.
La prosa y los recursos que utiliza recuerdan a leyendas de terror antiguas, con un lenguaje recargado y un ritmo narrativo bastante irregular. Hay momentos que me han encandilado y otros me ha costado lo mío pasar las páginas, pese a su brevedad. Es un derroche de imaginación sin molde, la historia salta de una fiesta a otra que ocurrió milenios antes o después, con la desaparición y búsqueda de Pipkin como principal hilo conductor. Destaco la ambientación.
«¡Y toda la historia larga, profunda, oscura y salvaje de la Noche de las Brujas esperando para devorarnos de un solo bocado!»
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