25 julio 2024

El exorcista | William Peter Blatty

Traducción: Raquel Albornoz | Editorial: B de bolsillo


SINOPSIS

Basada en un hecho real, ocurrido en la década de los cuarenta del siglo pasado, la protagonista es una niña de apenas once años que sufre terribles transformaciones, sobre todo en su comportamiento. Ni médicos ni científicos ni psicólogos son capaces de hallar la causa de tal estado y paulatinamente todo se va decantando hacia la hipótesis de que la niña está poseída por el demonio.

Ha llegado el momento de llevar a cabo el implacable rito que enfrenta a exorcista y diablo en un duelo mortal.

Publicada en 1971, El exorcista es una de las novelas más sobrecogedoras y terroríficas jamás escritas, y ha dado origen a una saga cinematográfica y una serie de televisión de culto.


OPINIÓN PERSONAL

Regan es una niña de once años que siempre había sido dulce con su madre, una actriz famosa que se ha divorciado recientemente. Madre e hija viven en una casa alquilada donde tienen lugar sucesos extraños: se escuchan ruidos en la habitación de la niña, los muebles se mueven... Pero nadie le concede mucha importancia, hasta que el carácter de la Regan cambia.

Dejadez, agresividad, un comportamiento social embarazoso y automatismos son los primeros síntomas. Ningún médico ni psiquiatra es capaz de encontrarle una explicación a la enfermedad de la niña. Desesperada, Chris MacNeil acude entonces al padre Damien Karras, un psiquiatra jesuita.

«El comienzo del horror pasó casi inadvertido.»

De hecho, la posesión avanza a fuego lento y se hace esperar. Los primeros capítulos son los dimes y diretes de la actriz, haciendo hincapié en sus problemas personales y describiendo su entorno laboral para presentarnos a personajes que luego serán relevantes en la trama.

El exorcista es un clásico de terror, aunque también tiene cierto regusto a novela negra, con un detective que me ha recordado a Colombo. Mientras Chris muestra preocupación por la salud mental de su hija, la policía investiga las profanaciones en la iglesia de la Santísima Trinidad y un posible asesinato ritual. 

Es una novela lenta, aunque no densa. Los personajes están muy bien construidos y todos tienen su propio arco. Me esperaba una trama más religiosa, pero busca una explicación en el poder de la mente, el inconsciente y la sugestión, interpretaban su fe en términos de ciencia”.

Me ha frustrado un poco el final, algo confuso y espiritual, no muestra lo que sucede en el momento cumbre de la obra y en parte queda relegado a la interpretación del lector. Siento que no ha estado a la altura si lo comparo con la narrativa previa, ni le concede suficiente protagonismo al personaje que da nombre a la obra.

Entré con miedo, soy bastante susceptible con estos temas, y ni un escalofrío. Lo encuentro tan histriónico, tan blasfemo y obsceno que me ha parecido casi cómico, aunque puedo imaginar el impacto en su época. Creo que a mí me llega tarde.

 

«Y ya no es necesario que sea Satán el que dirija nuestras guerras, pues las dirigimos nosotros mismos.»


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