17 abril 2017

No soy un monstruo | Ana Arén 1 | Carme Chaparro

Editorial: Espasa


SINOPSIS

Si hay algo peor que una pesadilla es que esa pesadilla se repita. Y entre nuestros peores sueños, los de todos, pocos producen más angustia que un niño desaparezca sin dejar rastro.

Eso es precisamente lo que ocurre al principio de esta novela: en un centro comercial, en medio del bullicio de una tarde de compras, un depredador acecha, eligiendo la presa que está a punto de arrebatar. Esas pocas líneas, esos minutos de espera, serán los últimos instantes de paz para los protagonistas de una historia a la que los calificativos comunes, «trepidante», «imposible de soltar», «sorprendente», le quedan cortos, muy cortos.

Porque lo que hace Carme Chaparro en No soy un monstruo, su primera novela, es llevar al límite a sus personajes y a sus lectores. Y ni ellos ni nosotros saldremos indemnes de esta prueba. Compruébenlo.


OPINIÓN PERSONAL

«Detrás de ese cristal hay una cortina. Y detrás de esa cortina están colocando el ataúd de tu hijo. Al cabo de unos segundos alguien descorre la tela. Y entonces lo ves. Al otro lado del cristal. Solo. Solo ya para siempre. Y sola tú también, en el lado contrario. En el lado equivocado del cristal».

Hay personajes que construyen grandes novelas y novelas que construyen personajes del montón. Quiero decir, los personajes aparecen únicamente porque son necesarios para que la trama avance, pero ni tienen carisma ni esconden una historia personal de interés. Resumiendo y por abreviar, todos los personajes que desfilan por esta novela, me son igual de indiferentes. La historia familiar de Ana Arén es tan irrelevante que sólo sirve para ralentizar el ritmo de la historia principal.

Durante las primeras páginas, me encontré un baile de narrativas bastante desconcertante. Un capítulo está escrito en primera persona del presente, el siguiente en tercera persona del pasado, el siguiente en primera persona otra vez, pero en pasado. Finalmente, la autora se decide a escribir los capítulos dedicados a la periodista Inés en primera persona del pasado y los dedicados a Ana en tercera persona del pasado. En mi opinión, como primera novela está bien, pero creo que le queda mucho recorrido, aunque la prosa es correcta. A medida que avanza, da la impresión de que se va soltando con la pluma y la estructura de las frases es mucho más fluida.

Mi principal opinión de esta lectura es que me he aburrido un montón porque la trama no ha captado mi atención en ningún momento. Al contrario, la autora se entretiene con historias secundarias que no me han gustado nada. La historia en sí, no está mal, pero es del montón. Como primera novela es un inicio prometedor, pero le faltan muchos ingredientes para destacar como novela negra.

Por otro lado, se producen demasiadas casualidades cuyo único propósito es despistar al lector, cosa que no me acaba de convencer. No soy un monstruo juega siempre al engaño, pero valiéndose de circunstancias forzadas.

En cuanto al final, digamos que no me ha disgustado. Creo que el cierre que le ha concedido a esta novela funciona bastante bien, aunque podrían pulirse más algunos detalles. El desenlace me ha convencido, pero hay algo en su manera de contarlo que me ha dejado fría e indiferente. De modo que la historia me ha parecido correcta, pero carente de emoción. 

Por cierto, soy de esas personas que, antes de comenzar cualquier lectura, siempre se leen los agradecimientos que aparecen en las últimas páginas. Un pequeño consejo si vosotros también tenéis esa costumbre: no leáis la nota final del editor antes que la novela porque os enteraréis de cómo acaba la historia y de quién es Slenderman. Tal cual.


No hay comentarios:

Publicar un comentario