05 julio 2019

Siete cuervos | Miguel Puente

Ilustración de cubierta: Jana Heidersdorf | Editorial: Nevsky


SINOPSIS

Post-terror, terror folk, fantasía oscura, pero sin perder de vista el gótico tradicional, Puente infunde de energía las formas clásicas del Terror.

Cuentos folclóricos de terror, ambientados en el norte de España.


OPINIÓN PERSONAL

La prosa de Miguel Puente es magnífica. Y considero más que importante iniciar mi reseña con estas palabras porque la prosa de este autor contribuye a que estas historias, maravillosas por sí solas, se conviertan en una obra formidable. Me parece increíble cómo ha transformado nuestra realidad más cotidiana y ha logrado convertir lo ordinario en un relato épico, inquietante y poético.

De hecho, me encanta que todas las historias hayan conservado una apariencia tan realista, todas ellas ambientadas en la tradición de una tierra casi mágica, porque así el desenlace resulta mucho más impactante. Asimismo, todos los relatos beben de la misma mitología, así que las historias presentan los mismos elementos en común. Al final, los protagonistas conviven en un mismo mapa.

A continuación, voy a destripar brevemente cada uno de los relatos.

  • El extraño caso de Elías Fosco

Es 1976, Jorge acaba de incorporarse al hospital para enfermos mentales del Rebullón, así que todavía desconoce el historial de sus pacientes. Pero Jorge sabía que Elías Fosco terminaría por suicidarse. Con estas palabras comienza este relato de ambientación claustrofóbica y tintes fantasmagóricos. Elías Fosco es un paciente que no tiene más de doce años y que padece una variante de esquizofrenia catatónica. Una noche, se fuga de su habitación... y Jorge investiga a la familia Fosco para descubrir el origen de su mal.

En El extraño caso de Elías Fosco, el terror se cocina a fuego lento. De modo que, en primer lugar, conocemos a una familia que ha padecido las circunstancias más extrañas. Se trata de un relato sobre pueblos malditos, casas que te ponen los pelos de punta, espejos que reflejan una realidad alterna y muertes misteriosas que nunca caerán en el olvido. Por desgracia, lo que menos me ha gustado es el final, pero solo porque me ha parecido precipitado e inconcluso. En cierto modo, siento que la idea que el autor tenía en mente no me ha sido transmitida en su totalidad, así que me me ha dejado una sensación de desconcierto muy agridulce.

  • El pueblo mouro

Hay algo mágico en la vida del feriante. Una pequeña familia de gitanos viajan de pueblo en pueblo, de feria en feria. Pero los habitantes los consideran unos ladrones y tienen que acampar en el bosque, lejos de los pueblos más próximos. Quiso el destino, que hayan decidido detenerse en un cruce de caminos, junto a un cruceiro de piedra. Donde un mouro les ofrece la hospitalidad de su pueblo, cuyos habitantes recibirán encantados su actuación bajo tres condiciones inquebrantables: —llegar al atardecer —irse dos días después de Samhain —no contárselo a nadie.

Me ha sorprendido encontrarme un relato tan poético, la historia de esta familia gitana es preciosa, aunque bastante triste. En un principio, la ambientación parece vulgar y ordinaria, pero el autor le concede enseguida una chispa de magia que te hace ver la feria con otros ojos. En definitiva, el secreto del pueblo mouro me ha maravillado. Puede que la ambientación sea moderna, pero es todo tan... místico.

  • Los siete cuervos

Como podéis ver, este es el relato que da nombre al libro y creo que, a su vez, es el más elaborado de los cinco, o por lo menos, esa ha sido mi impresión. También es el que más me ha costado condensar en un par de líneas, porque la mitología presente en esta historia es tan compleja, que voy a tener que omitir muchísimos datos importantísimos para no explayarme demasiado. 

Dicen que Danu creó la vida con una canción. La mujer de Bilé compuso una melodía tan bella que la materia del cosmos se conmovió y lloró durante un millón de años. De sus lágrimas surgieron todos los seres vivos como tributo a la gran diosa. También dicen que Bilé, emocionado por la música, comenzó a cantar y de sus palabras surgió el tiempo, el destino y la historia de todo cuanto nace y muere. Dicen que el cosmos guarda en su corazón un fragmento de la canción. Ese fragmento se conoce como La leyenda de los siete cuervos y transcurre en una época arcaica, mitológica, en la que la guerra entre los hijos de Danu y Bilé...

Los conflictos entre tribus se han multiplicado durante los últimos años. La guerra entre dos ejércitos, dos fuerzas míticas y eternas enfrentadas, los hijos del sol y los hijos de la luna; está llegando a su fin. Y con ella, todo el mundo conocido. El bien y el mal se están disputando el alma de los hombres. Como ya he mencionado anteriormente, este relato desarrolla una mitología completa en apenas un puñado de páginas y, sin embargo, describe los acontecimientos como si dispusiera de todo el tiempo del mundo. Por lo que explica perfectamente cada mínimo detalle, el origen de cada criatura.

Curiosamente, conocemos el misterio de los siete cuervos desde un principio, pero eso no impide que disfrutemos del secreto como si nos fuera desconocido y completamente ajeno. Por otro lado, me he enamorado locamente de Nay, una mujer guerrera en un mundo que todavía le pertenece a los hombres. Nay es la única niña en su casa, siempre protegida por sus hermanos. Pero desde que era pequeña, ha sentido algo diferente por Keyte, el único hijo adoptado por el matrimonio. 

Durante el resto del relato, seremos testigos del paso del tiempo, puesto que la historia de Nay y los siete cuervos transcurre a lo largo y ancho de varios años. Por lo tanto, es un relato de aventuras y dramas, una epopeya en prosa épica. El final me ha dejado con el ánimo por los suelos, pero respeta la esencia de una mitología bien construida.

  • La hora de la serpe

Yeray es un historiador que no recuerda absolutamente nada de los últimos 17 días. Lo encontraron deambulando por un sendero del bosque. Sabe que había preparado un viaje, pero no recuerda hacia dónde ni por qué. Desde su regreso, siente auténtico terror hacia la oscuridad. Además, tiene alucinaciones y todos los días se despierta llorando. De alguna manera, su cuerpo recuerda lo que su mente ha olvidado. Lo peor de todo es que recuerda cosas que no fueron y no recuerda cosas que fueron. Como buen historiador, pensaba que un estudio sobre la leyenda de la serpe sería su gallina de los huevos de oro, pero... hasta aquí puedo leer.

No es un relato especialmente grotesco, pero me ha provocado más de un escalofrío y me ha mantenido intrigada hasta las últimas líneas. Lo que más me ha gustado, es que se trata de una historia realista, que podría ser completamente cierta, pero siempre salpicada de un rumor más oscuro que nos conduce hacia un desenlace redondo. Sin duda, ha sido una lectura de lo más angustiante. Todavía estoy temblando del estrés que me han producido algunos pasajes.

  • El olor de las velas

El último relato nos transporta a la época de Juan II, rey de Castilla. El señor feudal Nuno Freire de Andrade es un déspota, un verdadero tirano que no duda en masacrar a sus enemigos, ahogar a sus vasallos con impuestos y vejar a las mujeres. Durante sus aventuras y desventuras, ve a la Santa Compaña. Pero no parece importarle que los espíritus reclamen su alma o lo atosiguen durante las noches. Los muertos vuelven del más allá para atormentar a su conciencia, pero está claro que el noble no tiene conciencia ninguna.

Sin ninguna duda, es el relato que más emociones me ha provocado, pero no terror. Su lectura ha sido de las más duras, porque el protagonista es un hombre vil y despreciable, un miserable que disfruta con las penurias ajenas. Su personalidad me ha provocado tantísima rabia e impotencia, que no he podido parar de leer con la esperanza de que el hombre padeciese terribles sufrimientos, porque de verdad que no se merecía otra cosa. De modo que no ha sido el relato más terrorífico, pero sí el más cruel. Sobre todo, porque despierta nuestro lado perverso y acalla cualquier ápice de bondad.

«Dicen que en época de conflicto todo vale: los crímenes dejan de serlo por ampararse en el caos, por justificarse como piezas de una estrategia mayor que salvará más vidas; los pecados contra el enemigo no son tales, pues ya no se trata de un igual a ojos de Dios, sino de un contrario. Aun así, hay decisiones tan terribles que ni una guerra puede ocultarlas».

En las últimas páginas, podemos consultar el nombre de todas las criaturas en un pequeño bestiario. Y en las primeras, Ángel Luis Sucasas nos presenta la novela a través de una introducción titulada: La era de los mil rostros, en la que realiza un breve pero interesantísimo análisis sobre la evolución del héroe clásico que siempre vive la misma historia cambiando únicamente el atrezo, y también sobre el renacimiento del folklore en la literatura española.


«Los mismos miedos crean los mismos mitos».


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