22 agosto 2019

Hacia rutas salvajes | Jon Krakauer

Traducción: Albert Freixa | Editorial: Zeta bolsillo


SINOPSIS

En abril de 1992, Chris McCandless, de 24 años, se internó, solo y apenas equipado, por tierras de Alaska. Había regalado todo su dinero y abandonado su coche, y soñaba con una vida en estado salvaje. Cuatro meses más tarde, unos cazadores encontraron su cuerpo sin vida. Su historia, difundida en un reportaje de Jon Krakauer, suscitó una agitada polémica: para unos, era un intrépido idealista; para otros, un loco y un ingenuo sin el menor conocimiento de la naturaleza.

El drama real que inspiró la aclamada película dirigida por Sean Penn. El misterio sobre los motivos de McCandless y su visión particular del mundo no dejarán indiferente a nadie.


OPINIÓN PERSONAL

Compré este libro hace unos años, aprovechando que se trataba de una edición limitada en tapa dura a muy buen precio. En aquella época, me encantaba leer cualquier cosa que estuviera basada en hechos reales, pero ya entonces me dio mucha pereza. Y más que me ha dado ahora, porque no era en absoluto el libro de memorias que me esperaba. Por decirlo de algún modo, su historia no me ha transformado. Una lectura demasiado tediosa para mi gusto, que sólo recomiendo si estás muy interesado en conocer la vida de este chico. Todavía no he visto la película escrita y dirigida por Sean Peen (Into the Wild, 2007), pero no creo que me anime porque el libro no me ha motivado lo suficiente.

Después de que el editor de la revista Outside le encargase un reportaje sobre las circunstancias de la muerte del muchacho, Jon Krakauer se quedó tan fascinado con su historia que terminó escribiendo este libro, ayudado por la familia McCandless. En ese sentido, admiro el arduo trabajo de investigación que ha llevado a cabo para descubrir los primeros y últimos pasos de Chris McCandless durante una travesía que realizó en solitario la mayor parte del tiempo. A su vez, intenta ser un narrador objetivo para que el lector pueda elaborar su propio juicio. Lo que más me ha dificultado su lectura es que el hilo narrativo resulta un poco caótico: los hechos no aparecen siempre por orden cronológico.

Se trata pues de un reportaje de 280 páginas de extensión que intenta reunir toda la información disponible sobre Chris McCandless. Un relato compuesto únicamente por testimonios de las personas con las que se relacionó durante su "desaparición", las pocas postales que escribió a modo de despedida y pequeños párrafos de los diarios que escribió en tercera persona, aunque sólo aparece una de las fotografías con las que ilustraba esos diarios. Todo lo demás, son simples conjeturas en base a los lugares que recorrió y las pruebas encontradas tras su muerte. Aunque es un libro inspirado en hechos reales el autor advierte al lector que “interrumpo el hilo de la historia principal con fragmentos de una narración inspirada en mi propia juventud con la esperanza de que mis experiencias arrojen un poco de luz sobre el enigma de Chris McCandless”.

«Gallien se preguntaba si había recogido a uno de esos chalados del estado cuarenta ocho que viajan hacia el norte para vivir las enfermizas fantasías de Jack London.»

Al margen de su historia personal, también dedica un capítulo a compartir algunas de las opiniones que se formaron los lectores del primer reportaje. Como era de esperar, muchos arremetían en su contra y lo consideraban un arrogante y un tonto del que sólo se hablaba porque había fallecido durante su aventura. Ciertamente, Chris McCandless no es el único joven que lo abandonó todo y se perdió (para siempre) en la naturaleza para encontrarse a sí mismo. El autor narra las vivencias de otros muchachos, por todo el mundo, que también partieron sin nada y se adentraron en territorios salvajes en busca de aventuras. Quizá comparando sus historias, seamos capaces de comprender sus motivaciones.

Uno de los datos que más me han llamado la atención, son los pasajes de libros que aparecieron subrayados junto al cadáver de Chris McCandless y que también han sido adjuntados en este amplio reportaje. Creo que sus anotaciones permiten comprender por qué arriesgó su vida en busca de una felicidad tan utópica, aunque no compartamos su punto de vista en ningún momento. El párrafo que había subrayado en el libro Felicidad familiar, de León Tolstoi, es de lo más esclarecedor. 

«Quería movimiento, no una existencia sosegada. Quería emoción y peligro, así como la oportunidad de sacrificarme por amor. Me sentía henchido de tanta energía que no podía canalizarla a través de la vida tranquila que llevábamos.»


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