12 mayo 2017

Ponte en mi lugar | Sam Hepburn

Traducción: Sonia Fernández Ordás | Editorial: Maeva


SINOPSIS

Poco después de que la familia de Aliya se instale en Londres, tras su huida de Afganistán, su hermano es acusado de ser un terrorista. Aliya está convencida de su inocencia, pero cuando su amigo Dan, el hijo de un fontanero, encuentra una pistola en el baño de su nueva casa ya no sabe qué pensar. Dan sospecha que la pistola pertenece a su padre, un exconvicto, y permanece en silencio. Juntos deberán desentrañar la verdad para proteger a sus familias.


OPINIÓN PERSONAL

«Nuestras miradas se cruzaron durante una fracción de segundo. Fue como mirarnos en un espejo distorsionado: ambos estábamos desesperados por demostrar la inocencia de Behrouz, ambos protegíamos a nuestros seres queridos y a ambos nos aterraba lo que pudiéramos averiguar durante el proceso».

¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para proteger a tu familia? Dan es un adolescente como otro cualquiera, pero ha visto... demasiado. Lo suficiente para saber que el hermano de Aliya no es ningún terrorista como afirman todos los medios. Sin embargo, para probar la inocencia de Behrouz, Dan tendrá que traicionar a su propia familia. Desde las primeras páginas, el dilema está servido.

En general, los protagonistas me han parecido personajes bastante sencillos y ligeramente planos, en el sentido de que no dramatiza con la historia personal de Aliya más de lo imprescindible y tampoco le concede un pasado a Dan. En más de una ocasión, he echado de menos que este último tuviera algún amigo o, por lo menos, hablase de sus compañeros de clase con más frecuencia. Es como si Dan no existiera antes de Aliya.

No obstante, creo que la personalidad de ambos protagonistas resulta bastante creíble de principio a fin. Es cierto que Aliya y Dan se comportan como si fueran detectives profesionales la mayor parte del tiempo, resolviendo un caso que ni la policía estaba interesada en investigar. Pero también toman decisiones equivocadas y, como adolescentes que son, muchas veces no ven las cosas más obvias.

La novela está narrada en primera persona, tanto por Aliya como por Dan, un recurso narrativo que siempre hace que la historia me parezca mucho más amena e interesante. Además, el ritmo de esta novela es ligeramente frenético, puesto que se trata de una investigación a contrarreloj en la que ambos protagonistas se están jugando la vida. En definitiva, se trata de una lectura amena y entretenida que se lee en un suspiro.

Ponte en mi lugar ha sido una lectura más dura de lo que me esperaba, en el sentido de que me ha provocado emociones de rabia, asco y miedo a partes iguales. Efectivamente, la historia nos pone en el lugar de Aliya y su familia. Más de uno debería obligarse a leer esta novela para ver el racismo y los prejuicios de nuestra sociedad desde el otro lado. Pero es que, además (y para mi sorpresa), la gran GRAN protagonista de esta novela es la corrupción que está carcomiento los cimientos de la justicia.

Sin ninguna duda, es una historia de acción, pero también tiene un componente más... personal que me ha transmitido en todo momento las emociones de ambos protagonistas. La soledad y desesperación de Aliya, condenada por el simple hecho de ser inmigrante. Pero también la impotencia de Dan, quien se siente culpable por haberse convertido en un testigo pasivo. Aunque el final era predecible desde un principio, la importancia de esta novela no radica en la resolución del caso.

Quizá, lo que menos me ha gustado de la novela ha sido el desenlace durante los últimos capítulos. De pronto, la historia entra en una especie de bucle infinito que repite varias veces la misma situación, sin que los protagonistas aprendan la lección para la siguiente vez. Reconozco que era un bucle necesario para que la trama cobrase todavía más sentido, pero su lectura se me hizo un poco más pesada durante esas páginas. Me he encontrado con un puñado de pequeños detalles carentes de toda lógica. 

Por último, confesar que me ha entusiasmado el recurso que utiliza Aliya para que la verdad salga a la luz. Creo que la autora le ha concedido tanta importancia como se merece dentro de esta historia. Hasta aquí puedo leer. Sólo me queda añadir que la autora ha desarrollado con demasiado optimismo una historia de rabiosa actualidad.


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