10 mayo 2017

La casa y el cerebro | Edward Bulwer-Lytton

Traducción: Arturo Agüero Herranz | Editorial: Impedimenta


SINOPSIS

«La casa y el cerebro» se considera una pieza maestra de la literatura sobrenatural. El narrador de esta desasosegante fábula de fantasmas, desoyendo los consejos de sus allegados, decide pasar una noche, junto con su criado y su perro, en una casa encantada situada en Londres, de la que todos los demás huyen despavoridos. Allí, tal y como él esperaba, asiste a una serie de apariciones espeluznantes y descubre, a través de unas cartas, que la casa, muchos años atrás, fue el escenario de unos horribles crímenes. El secreto de todo parece encerrarse en una habitación vacía. Conectada a esta, la voluntad de un ser inmortal y perverso, uno de los que tuvo que ver con la casa en el pasado, ha creado y gobernado a distancia los extraños fenómenos. Lovecraft se refirió a «La casa y el cerebro» como uno de los mejores relatos de casas encantadas jamás escritos. Y Lafcadio Hearn afirmó que estamos ante la mejor historia de fantasmas creada en lengua inglesa, pues reproduce con asombrosa fidelidad las vivencias de una auténtica pesadilla.


OPINIÓN PERSONAL

«Desgraciadamente, la casa está encantada, si puedo usar esa expresión, tanto de noche como de día; aunque por la noche los trastornos adquieren un carácter más desagradable y, en ocasiones, alarmante.»

El protagonista de esta historia, de nombre desconocido, es un hombre de ciencia que no se acaba de creer que la casa esté encantada. Por esa razón, acude a alquilarla con gusto y considera su presencia en el edificio una aventura. Le acompañan un criado de espíritu alegre y carácter intrépido, libre de supersticiones; y su perro, en contra de su voluntad. El protagonista está convencido de que todo lo que ocurre en esa casa no es más que un truco y hace lo imposible por desenmascarar al responsable.

Un detalle que me ha parecido correcto es que haya censurado los nombres y direcciones de todos los personajes como si quisiera proteger su verdadera identidad, porque de esta manera le concede cierto realismo al relato. Por el contrario, he echado de menos personajes más elaborados ya que se centra únicamente en las aventuras del protagonista y no profundiza en nada más. De todas formas, uno de los personajes principales que aparecen a última hora me ha dejado un pelín fría, cuando no debería.

La prosa de Edward Bulwer-Lytton es impecable. Siempre que me animo con la lectura de algún clásico me da un poco de miedo enfrentarme a su narrativa, ya que suele ser enrevesada. Pero no ha sido el caso, la lectura de este relato ha sido un paseo que he dado por finalizado en apenas un par de horas. La historia está narrada en primera persona, a modo de memorias. Y el autor utiliza un lenguaje sencillo y fluido, excepto durante las explicaciones de los sucesos paranormales, que ahí me ha costado un poquito seguirle y he tirado de wikipedia.

La casa y el cerebro tiene un antes y un después. La novela se adentra enseguida en una vivienda espeluznante en la que cada inquilino ha visto u oído una cosa diferente, aunque todos coinciden en abandonar el edificio lo antes posible, completamente aterrorizados. De pronto, aparece en escena el protagonista, un hombre que no le teme a nada porque piensa que todo suceso paranormal tiene su explicación en la ciencia. Pero yo ¡me cagoentó! Desde su llegada al edificio, escucha pasos, ve siluetas luminosas, los muebles se mueven solos... Pero el hombre insiste en descubrir quién está detrás de las apariciones y por qué, dos preguntas que a mí también me han mantenido intrigada a medida que avanzaba en mi lectura.

Sin embargo, la segunda parte de la novela pretende ser más racional que paranormal. Y cuando los fantasmas desaparecen de escena, da paso a la divagación científica o pseudocientífica, según se mire. Por una parte, me gusta que intente explicar la ambientación fantasmagórica de la casa, pero también me ha costado lo mío seguir el hilo de sus monólogos y comprender el sentido de su exposición, cuando todo podría haber sido mucho más sencillo. De modo que una novela que, en principio, iba a ser mero entretenimiento, se convierte en una historia mucho más compleja.

En cuanto a ese episodio final que el autor suprimió en su día por temor a que pudiera interferir, por su semejanza, con la trama de A Strange Story; me ha sucedido lo mismo que con el resto de la novela. La primera mitad, me ha gustado. Pero la enrevesada conversación que pone punto y final a la novela me ha desconcertado en exceso. De nuevo, me ha costado entender quién y por qué.

Pese a todo, me ha parecido un relato de fantasmas original y entretenido. Al margen de que algunos párrafos sean mucho más complicados que otros, ha sido una lectura que he disfrutado mucho en general. Por cierto, creo que el título no podría ser más acertado, pero también me gusta el título alternativo: The Haunters and the Haunted.


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