13 noviembre 2017

Estás sola | Alexandra Oliva

Traducción: Gabriel Dols Gallardo | Editorial: Plaza&Janés


SINOPSIS

Doce concursantes de variado talento y carácter compiten en un duro reality de supervivencia en una selva remota. Lo que comienza como un concurso bien planeado y supervisado pronto se convierte en algo mucho más oscuro y complicado con una protagonista excepcional e indiscutible: la concursante Zoo ha de defenderse ella sola en este entorno hostil, pero al mismo tiempo que sus reservas emocionales y físicas empiezan a flaquear, su habilidad para analizar lo que está viviendo será su triunfo o su derrota.


OPINIÓN PERSONAL

Estás sola es un thriller postapocalíptico que nos destripa el final en la primera frase: «El primer miembro en morir del equipo de producción será el editor». Con esta palabras, comienza una novela que, en mi opinión, pasará sin pena ni gloria. Desde luego, no entiendo por qué no se ha guardado un as en la manga hasta el final, en vez de colarnos un spoiler tan gordo desde el primer capítulo. Con un argumento como éste, podría haberme sorprendido, pero ha convertido su novela en una historia del montón por no gestionar la información de otra manera. 

Lo más curioso es que la editorial nos vende esta obra como un thriller al uso, cuando se trata de una novela post apocalíptica. Doce concursantes participan en un reality de supervivencia extrema. El juego durará hasta que solo quede una persona y la única salida posible es abandonar, pronunciando la frase de seguridad Ad tenebras dedi. Mientras el mundo se va a la mierda, ellos permanecen completamente aislados en una zona delimitada. Los Desafíos del programa casi siempre se realizan en equipo y consisten, principalmente, en pruebas de resistencia y habilidad que enfrentan a los grupos entre sí.

En un principio, pensaba que iba a hacerme un poco de lío con tanto nombre. En palabras de la propia autora: «Es demasiada información; pocos espectadores serán capaces de recordar quién tiene cada cosa». No obstante, ha tenido la genial idea de referirse a los personajes a través de motes. Al menos la mayor parte del tiempo. De modo que los concursantes son: Rastreador, Fuerza Aérea, Nena Asiática Carpintera, Banquero, Médico Negro, Camarera, Animador, Ingeniero, Ranchero, Exorcista, Médico Negro y Zoo.

Por alguna razón que desconozco, Zoo es la gran favorita. La audiencia se ha enamorado de ella porque es una mujer de risa fácil. Al mismo tiempo, es una de las concursantes más duras del programa, física y psicológicamente. Sobre todo, psicológicamente. Aunque hasta el mejor puede venirse abajo. Os estaréis preguntando, ¿qué hace una chica como ella en un lugar como éste? Pues bien, esta mujer de armas tomar se ha presentado al concurso para vivir una última aventura antes de sentar la cabeza y ser madre. Supongo que debería aplaudir el carácter de Zoo, pero sinceramente, me ha parecido una protagonista fácil de olvidar, al igual que todos los demás. El resto de los concursantes solo son attrezzo.

Mediante el uso de dos prosas diferentes (tercera y primera persona) la autora nos muestra las dos caras de la moneda. En primer lugar, nos introduce en el equipo de producción durante los primeros días, de modo que conocemos de primera mano cómo se desarrolla la manipulación mediática. Y se reserva la primera persona para que el relato de Zoo sea mucho más personal y cercano, de modo que podamos empatizar más fácilmente con ella. Por cierto, aunque ambos relatos se van alternando sucesivamente, el orden cronológico no es lineal, ya que la historia de Zoo es posterior. Entremedias, nos encontramos con un puñado de páginas dedicadas exclusivamente a los comentarios que circulan a través de las redes sociales.   

Una de las cosas que más me ha llamado la atención, es lo diferente que resulta una prosa en comparación con la otra. Principalmente, porque la tercera persona utiliza una prosa casi impresentable. El equipo se refiere a los concursantes con palabras poco afortunadas y expresiones ofensivas. Y con la audiencia no se muestran mucho más respetuosos. Si bien es cierto que la televisión es un circo, parece que los payasos se encuentren al otro lado de la pantalla.

Por el contrario, Zoo siempre llama a las personas por su nombre. Y su forma de reaccionar ante una realidad alterada nos obliga a reflexionar sobre el papel que los medios de comunicación desempeñan en nuestra percepción de la realidad. Sin embargo, el enfoque que le ha concedido a esta magnífica premisa no acaba de convencerme.

«Está aquí para tomarse un descanso, para ponerse a prueba a sí mismo y aprender nuevas habilidades, para  escapar de paso de las iras antielitistas de quienes dicen que quieren que sus hijos reciban la mejor educación y escojan profesiones gratificantes pero luego critican a cualquier adultos que sea el resultado maduro de un niño que logró exactamente eso».

En conclusión. Durante las primeras páginas, me parecía una trama interesante. Sin embargo, a medida que pasaba las páginas, la historia comenzó a parecerme demasiado repetitiva. Como ya he mencionado, el capítulo 0 de esta novela nos destripa por completo su final, así que no esperéis ningún giro imprevisto al margen de una ambientación ligeramente distópica. Las únicas emociones fuertes que ofrece esta lectura son provocadas por una pequeña descarga de adrenalina cuando los concursantes superan algún Desafío. Pero en general, me ha parecido una lectura aburrida. Además, el desenlace viene cargado de situaciones poco verosímiles.


«Cuando era pequeña, los profesores y el orientador hablaban del "mundo real" como si se tratara de una existencia distinta, al margen del instituto. Lo mismo en la universidad, aunque viviera sola en una ciudad de ocho millones de habitantes. Nunca lo entendí. ¿Qué es el mundo real, sino el que habitamos? ¿Por qué ser niña es menos real que ser adulta?»


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