Ilustraciones: Antonio Tello | Editorial: SM
SINOPSIS
En el siglo XIX, la llegada de fray Perico y su borrico Calcetín va a trastornar la apacible existencia de los veinte frailes de un convento de Salamanca que viven haciendo el bien y repartiendo lo poco que tienen. El convento no tardará en vivir situaciones disparatadas, llenas de humor y alegría, gracias a este simpático personaje. Una divertida historia de aventuras sobre un fraile y su borrico.
OPINIÓN PERSONAL
«¡Qué cernícalo he sido! ¡Ahora me doy cuenta de que la alegría no está reñida con la penitencia!»
La verdad es que, más que una reseña, esta entrada es un pedacito de nostalgia. De pequeña, me encantaban las aventuras de Fray Perico, así que no he podido resistirme a volver a leer todo un clásico de la literatura infantil.
Fray Perico es un fraile que no sabe hacer nada de nada, solo meterse en problemas y provocar accidentes. Al principio, los otros frailes se enfadan con él y lo castigan siempre que comete una nueva travesura. Pero, al final, todo el mundo acaba queriendo a fray Perico porque es un hombre demasiado inocente, torpe y bonachón. Para ser sincera, Perico haría perder la paciencia hasta al Santo Job.
En realidad, este libro no cuenta ninguna historia en especial, ya que únicamente se limita a describir el día a día de Fray Perico desde su llegada al monasterio. De modo que las últimas páginas me han parecido un poco aburridas porque todo el rato era más de lo mismo. No obstante, recuerdo que de pequeña me parecía un libro la mar de entretenido.
Siempre que leo los libros de mi infancia, me hago la misma pregunta: ¿su lectura me parece igual de recomendable en la actualidad o se ha quedado un pelín desfasado? Fray Perico es una historia de la vieja escuela, cuando los maestros todavía tenían varas en clase. De modo que el protagonista despierta a los pollos a estacazos y tranquiliza a los enfermos con un puñetazo. Pero todo lo demás, ha sobrevivido al paso del tiempo mejor que la media.
En conclusión. Gracias a libros como éste, El Barco de Vapor siempre ocupará un rinconcito en nuestros corazones y mantendrá con vida a nuestro niño interior. Ahora que soy adulta, reconozco que Fray Perico me ha sacado de mis casillas. Pero de pequeña me parecía un personaje entrañable y divertido.
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