02 marzo 2019

Sangre | Clara Peñalver

Editorial: DeBolsillo


SINOPSIS

En su trigésimo cumpleaños, Valentina siente la imperiosa necesidad de beber sangre humana. Esa misma noche es atacada por un asaltante y, sin saber cómo, lo hiere y bebe de él hasta matarlo. A los pocos días del incidente, Axel, un misterioso y atractivo joven, le hace una sorprendente revelación: ambos pertenecen a una estirpe de criaturas similares a los humanos que se alimentan de sangre y son incapaces de amar.

Convertida en una pieza clave de su clan, Valentina se verá inmersa en una violenta lucha interna entre aquellos que desean poder amar al fin y vivir junto a los humanos y los que, como el hermano de Axel, tan solo desean convertirlos en el único ingrediente de su sangrienta dieta.


OPINIÓN PERSONAL

«Caí derrumbada a su lado con los labios llenos de sangre, casi sin poder respirar. Acababa de descubrir algo nuevo para mí. Anoche llegué a la conclusión de que la sangre formaría parte de mi dieta sexual para siempre».

Desde las primeras líneas, nos encontramos con una protagonista insoportable que reúne todos los tópicos de moda. Su forma de vestir, su dieta, sus hábitos… Todas las características de Valen me producen un constante déjà vu literario. La historia nos cuenta, en primera persona, las vivencias de una mujer cuyo mundo parece girar únicamente en torno al sexo más convencional; una escritora de novelas románticas que critica la cursilería casi vomitiva de sus propias novelas, al mismo tiempo que experimenta con su cuerpo una relación de lo más cursi. De todas formas, todos los personajes parecen marionetas huecas desde el momento en que se descubre su adicción por la sangre. Todo me parece demasiado contradictorio.

La portada conduce a engaño. Una novela mediocre donde las haya, de lo peor que he leído de este género. A medida que avanza, se vuelve cada vez más aburrida. No ha logrado captar mi interés en ningún momento. Predecible desde el minuto cero, no transmite absolutamente nada. 

Ni siquiera como novela romántica-erótica sería aceptable, porque no profundiza en las emociones. De hecho, se da tanta prisa en relatar los sucesos que no me ha dado tiempo a recrearme en ninguno de los escenarios que frecuentan. Los cuales, por cierto, se repiten hasta la saciedad.

Y si a todo esto le sumamos que no me convence en absoluto el formato “diario” que utiliza para su narración, podría decirse que su lectura ha sido una completa decepción para mí.


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