Extraños en un tren | Patricia Highsmith

Traducción: Jordi Beltrán | Editorial: Anagrama

SINOPSIS

La intriga de esta novela está basada en la idea de un crimen sin móviles, un crimen perfecto: dos desconocidos acuerdan asesinar cada uno al enemigo del otro, forjando así una coartada indestructible.

Bruno viaja en el mismo tren que Guy. Empiezan a conversar y Bruno, demoníacamente, fuerza a Guy a desvelar su punto débil, la única grieta de su ordenada existencia: el tipo quisiera librarse de su mujer, que le traicionó y que puede obstaculizar su carrera. Así que le propone un pacto: él matará a su mujer y Guy, a su vez, deberá matar al padre de Bruno, a quien éste odia. Guy rechaza el plan, pero no así Bruno, quien, una vez cumplida su parte, reclama a su horrorizado compañero de viaje que cumpla con la suya.

Adaptada al cine por Alfred Hitchcock, Extraños en un tren lleva a cabo una indagación escalofriante en la perturbada mente de Bruno, pero lo que más le interesa a Patricia Highsmith es la relación entre ambos personajes. Y es ahí donde la novela prefigura la obsesión de su obra futura: ¿hasta qué punto no está la insania de Bruno agazapada también en Guy? ¿Cuán cercana es la amenaza de la irracionalidad en todos nosotros?

OPINIÓN PERSONAL

El primer encuentro es un poco forzado, no me entra en la cabeza que hable con desconocidos cuando salta a la vista que el desconocido en cuestión es casi un psicópata. Entiendo que la otra persona representa lo que nunca se ha atrevido o ha querido ser. Pero no comparto el sentimiento y me cuesta empatizar con ambos.

La psicología de los extraños queda muy bien definida enseguida, pero el trasfondo es más simple de lo que me esperaba. Por otro lado, la conversación que nos presenta a los protagonistas se hace interminable. De hecho, la trama tarda bastante en arrancar y la novela se toma las cosas con muchísima calma, tiene demasiado desarrollo aunque no cuenta gran cosa. El protagonista dispone de tiempo suficiente para llevar a cabo su maléfico plan.

El final se alarga hasta lo indecible. Sin embargo, la locura es tan repentina que el cambio no resulta del todo creíble e idiotiza a uno de ellos. La obsesión está cogida con pinzas. Y aún así, es lo único que sostiene una historia, por otro lado, predecible. Cero tensión. Aprueba por los pelos.