Traducción: Hugo Camacho | Ilustración de cubierta: Laia Baldevey | Editorial: Orciny Press
SINOPSIS
En un mundo en el que la magia existe, lanzar hechizos se ha convertido en una adicción terrible que, además, se cobra un enorme precio entre quienes la usan. Destroza vidas, separa familias y erosiona el tejido social. El Culo del Infierno es el lugar donde acaban quienes abusan de sus habilidades mágicas, una ciudad en la que el día a día constituye una lucha permanente por la supervivencia. Entre sus callejones repletos de muñecas de porcelana que se arrastran en busca de comida como si fueran ratas, lo mismo aparecen cadáveres sin ojos a los que les han drenado la sangre al mismo tiempo que ciudadanos a quienes se les han robado los recuerdos.
OPINIÓN PERSONAL
Cualquier reseña que escriba sobre este libro podría resumirse diciendo que Bicho hambriento es uno de los mejores libros que he leído en los últimos años. No es una historia, son muchas y abarca tantas vidas (o tantas vivencias) que resulta complicado describir el argumento con todos los honores que se merece. Porque cualquier reseña de este libro que no te deje con ganas de leerlo, no es la reseña que yo quisiera escribir.
En un mundo en el que la magia existe, lanzar hechizos se ha convertido en una adicción terrible que, además, se cobra un enorme precio entre quienes la usan.
«En realidad no es la magia lo que te cambia, sino el universo. Cuando usas la magia, estás rompiendo las leyes de la física; estás haciendo trampa con la realidad. Eso confunde al universo, que no sabe qué hacer contigo. Así que encuentra la manera de corregir el desequilibrio. Por ejemplo, si lanzas un hechizo para volar, te empezarán a salir alas. Así es como el universo consigue encontrarle sentido a la magia, como corrige lo imposible».
¿Y qué sucede cuando abusas de la magia y te haces adicto a ella? Pues que tu cuerpo cambia hasta un punto de no retorno y acabas en el Culo del Infierno, una ciudad ubicada en otro plano de la realidad en la que absolutamente todos los habitantes son adictos a una magia distinta. En este plano, no existe ninguna autoridad, salvo por las arañas que atemorizan a todos y gobiernan según sus reglas. También contamos con la inestimable labor de cuatro voluntarios que hacen las veces de policía e investigan los crímenes para mantener cierto orden en las calles del Culo. Porque alguien está robando los recuerdos a los ciudadanos...
Bicho hambriento es en realidad un conjunto de relatos narrados en tercera persona desde el punto de vista de varios protagonistas. Pero no son relatos independientes ni autoconclusivos, porque todas las historias están conectadas entre sí de alguna manera. Todos los personajes tienen el mismo peso y casi todas las adicciones son relevantes para que el desenlace funcione. Los relatos encajan como las piezas de un puzzle, revelando un escenario que lo abarca todo.
La historia de fondo es una caja de sorpresas, los personajes se relacionan de formas inesperadas y todos los detalles tienen una razón de ser. Incluso los flecos que parecen sueltos construyen un discurso con muchísimo peso social, no son un mundo al margen. Me ha impresionado el trasfondo que esconde cada relato. Carlton Mellick III ha deformado nuestra realidad para retratarla tal y como es.
Era su mundo, y existía fuera del mundo que los demás habitaban».
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