La conjura de Notre Dame | A.C. Caballero

Diseño de cubierta: David Sicilia

SINOPSIS

15 de abril de 2019. Un pavoroso incendio destruye la catedral de Notre Dame. El cardenal Murphy sabe que ha llegado el momento de intervenir. El Vaticano debe tomar cartas en el asunto y decide enviar a París al padre André Meyniel, un jesuita con experiencia en cuestiones comprometidas para la Iglesia, y a la hermana Laura Benavent, una monja joven, recién llegada de África.

Los dos religiosos, junto al veterano capitán Dufort de la policía francesa, intentarán desentrañar el oscuro secreto que se oculta tras el terrible suceso.

OPINIÓN PERSONAL

Tras investigar el incendio que destruyó la catedral de Notre Dame, la policía de París concluye que el incendio fue provocado. Respaldado por la Iglesia, el capitán Dufort destapará una serie de robos organizados que se están produciendo a nivel mundial.

Como bien dicen los malos malísimos de esta novela, los protagonistas parecen el principio de un chiste: un cura, una monja y un poli. Sin duda son personajes bien construidos, cada uno con su bagaje emocional, pero no es creíble que saquen esta investigación adelante con tan pocos recursos, casi en tiempo récord.

Hay que tener en cuenta que es una trama  religiosa. No llega a ser fantasía, pero las casualidades resultan tan verosímiles como un milagro. Los personajes validan la creencia en el poder de los objetos sagrados y el policía finalmente ata cabos gracias a Dios. 

La estructura de la novela está perfectamente elaborada, pero el procedimiento policial es un auténtico caos. Sin ser yo una experta, me atrevo a decir que le falta trabajo de documentación en ese terreno. En cambio la trama religiosa no escatima en pelos y señales.

Con tanto altibajo, el ritmo narrativo me ha parecido irregular, algunos capítulos se hacen pesadísimos y otros te mantienen en vilo. El desenlace llega a ser predecible y es bueno que una novela policiaca te permita sacar tus propias conclusiones. Pero el epílogo es un gag y ya no puedo tomarme el argumento en serio.

Seguramente vuelva a este autor con una historia de otro género porque me gusta cómo escribe. La prosa es correcta y he subrayado medio libro.

«El Mal lo encarnan hombres como aquel, despiadados, afanados en provocar dolor y sufrimiento, empeñados en destruir el mundo para sobre sus ruinas edificar sus propios monumentos a la iniquidad.»