26 abril 2023

El gigante en la niebla | Eva M. Fernández


SINOPSIS

¿Hasta dónde llegarías por salvar una vida? ¿Y por salvar la ciudad? ¿Y si tú eres el asesino? En la ciudad blindada de Shappire, Lukas descubre que es uno de los responsables de las decenas de asesinatos que comete el gobierno a diario y agotado por su culpabilidad, decide quitarse la vida. Sin embargo, en el camino conoce a Marc, un joven rebelde que le cambiará por completo y le dará una nueva meta: luchar por la libertad.

Bajo la luz azul de la torre que todo lo ve, en una ciudad al borde de la guerra, dividida por el odio y donde el poder lo significa todo, Lukas será la clave para salvarla…O destruirla de una vez por todas.

Si toda la ciudad dependiera de ti... ¿Serías capaz de salvarla de ti mismo?


OPINIÓN PERSONAL

Años después de la Gran Catástrofe, la humanidad levantó una ciudad blindada. Más allá del Gran Muro, solo queda un yermo devastado e inhabitable. Pero los niveles de radioactividad que asolan el mundo no han cambiado nada: la sociedad sigue dividida en dos. Las clases media y alta viven en el centro, con todos los privilegios que eso conlleva; mientras que los más desfavorecidos sobreviven en las afueras, conocidas como Cinturón Negro.

El control de Shappire sobre la ciudad es totalitario, vigila cada movimiento de los ciudadanos como un Gran Ojo. Lukas es un alto cargo de la Torre Azul, un edificio de 260 plantas que se eleva en el centro neurálgico de la ciudad. Según asciende en su trabajo, es cada vez más consciente de la dictadura que está acabando con la vida de cientos de personas.

La culpa y su deseo de cambiar el mundo, harán que Lukas viva entre dos mundos: seguirá siendo un trabajador ejemplar en el centro, mientras forma parte de la Resistencia en el Cinturón Negro.

La reflexión social es descarnada y objetiva, sobre todo porque nos ofrece los dos puntos de vista. Durante los paseos nocturnos de Lukas por los arrabales, somos testigos de lo que supone ser pobre en Shappire, como en cualquier otra parte del mundo. Los sometidos pasan hambre y miseria, esclavizados de por vida a trabajos sufridos y mal pagados.

Más tarde escucharemos también el discurso de los poderosos, con otra visión del mundo. El Presidente no solo justifica la existencia de clases sociales, sino que también considera un mal menor las muertes de los más desfavorecidos. Todo, absolutamente todo, se trata de controlar a la población para que la ciudad funcione y asegurar la supervivencia de una minoría.

Hace años que el arte y el conocimiento está prohibidos, así que la humanidad intenta evadirse de sus vidas vacías con ruido, alcohol, droga y sexo. Nadie es feliz, en ambos bandos encontramos espías y disidentes silenciosos. Pero unos pocos han visto una salida en la guerra. La única salida de hecho.

No sé cómo es posible, pero he empatizado cero con el líder de la Resistencia. Marc es un lunático y un paranoico, desde las primeras páginas pone en duda sus buenas intenciones. Es obvio que no lucha por una causa noble, ya que en ningún momento habla de abolir el poder, sino de hacerse con él a cualquier precio.

No ponemos nombre a otros miembros de la Resistencia, solo a Marc y a Mariya, una mujer curtida por la noche que está enamorada de Marc. Sucede prácticamente lo mismo en la Torre Azul, solo ponemos cara a Lukas y a su secretaria Anna, una mujer de la que está obsesionado. Es una novela de poquísimos protagonistas y entre cuatro cargan con una trama inmensa con mucho recorrido.

Poco a poco va introduciendo más personajes secundarios que únicamente están ahí para hacer de nexo entre un punto de la historia y el siguiente, pero realmente todo podría funcionar igual sin ellos. Cada intervención es más desordenada que la anterior y se deja muchos flecos sueltos que no he conseguido hilar.

No es creíble que puedan burlar la seguridad del Servicio Interno una y otra vez, se supone que el Gran Ojo lo ve todo, que hay espías en todas partes. Pero Lukas se mueve por el mapa con total impunidad, incluso cuando alguien descubre sus tretas. Su trabajo como enlace con el sindicato es el detonante de toda la historia, pero no tiene mucho sentido cómo le llega ese material clasificado. 

Lukas me ha parecido un protagonista contradictorio y despreciable. Ni siquiera me ha quedado claro de qué lado está, culpa a todo el mundo y lo único que sueña es hacerse con el poder para arreglar todo. He llegado a pensar que Lukas se lo inventa todo porque los personajes nunca me transmiten las emociones que él percibe en los demás.

Su relación con Anna es, cuando menos, tóxica y surrealista. Ella le rechaza todo el tiempo, siente asco, decepción, miedo... pero de pronto sus sentimientos son otros y al rato siguiente vuelven a cambiar. Yo sinceramente no he comprendido el arco personal de Anna y el ¿romance? me ha dejado perpleja. Los estallidos emocionales de Lukas son para echarse a temblar.

Tengo sentimientos encontrados con esta novela, está bien escrita y el trasfondo social, aunque no es nada nuevo, no deja de ser interesante. Nos habla de vidas que transcurren entre el miedo y el hambre, y de toda la gente dormida que mira para otro lado. Pero el desarrollo es errático e inverosímil.

La historia está narrada con forma de pensamiento. No se centra en la descripción de los sucesos, sino en las divagaciones más personales de Lukas y Mariya. Algunas reflexiones son confusas y, por ejemplo, el pasado de Lukas no me acaba de cuadrar. Pero es un estilo narrativo que me ha llamado la atención.

Diría que no es del todo autoconclusiva, ¿pero acaso la vida lo es?


«Hace mucho que nada está bien, pero nadie parece darse cuenta de ello.»

«¿Por qué vivir en tinieblas siendo nosotros mismos la luz?»


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