El latido del reno | Virginia Sainz García

Ilustración de cubierta: Sira Miralles

SINOPSIS

Me remonto al principio, a los orígenes, para contaros una historia. Parte historia, parte leyenda, recuerdos de un pueblo olvidado por el tiempo.

El gran creador se ocupó de nosotros, nos unió con los renos dándonos mucho más que una forma de vida. Somos uno con el reno y de esa simbiosis resulta nuestra supervivencia. Enterró un corazón de ese animal en la misma tierra que hemos habitado durante siglos y nos dio con ello una pauta.

Cuando nuestro pueblo se sintiera amenazado, tan solo debíamos escuchar la tierra, si el latido del reno resuena en las profundidades, tendremos esperanza.

He escuchado la tierra. He escuchado a los henget. He oído agonizar ese corazón al que estamos unidos. Nuestros ancianos se mueren, nuestro pueblo se extingue, y ante mí tengo a los descendientes de los últimos noaidis, de los últimos elegidos por los espíritus.

Bienvenidos a casa.

OPINIÓN PERSONAL

Taimi desconoce la cultura de sus antepasados. Su padre y su abuela vivían en las frías tierras del norte, cruzando la línea del círculo polar. Cuando se mudaron a tierras más cálidas por su madre, sus orígenes pasaron a ser un tema tabú en casa. Pero últimamente un zorro anaranjado la visita en sueños.

Los henget o espíritus de hielo están reclutando a los descendientes de los noaidis, jóvenes que tienen el potencial de conectar con los espíritus de los tres mundos, para que el último chamán del asentamiento guíe a los elegidos.

Nueve descendientes han respondido a la llamada y regresado a una tierra llena de magia, leyendas y tradiciones. A su llegada, Taimi escuchará dos voces opuestas en su cabeza: la que se niega a creer y la que quiere aceptar la magia. Para convertirse en noaidi tendrá que aceptar quién es y enfrentar su propia dualidad.

Mientras es instruida por el chamán, su abuela intentará recomponer un pasado que les fue arrebatado con la ayuda de Silmät: la hija de su amiga y su otra mitad. La historia de la vieja Juuri me ha dejado con el corazón encogido, es la parte más bonita y emotiva de la novela, lo que más me ha gustado.

No hay una trama compleja, es más bien un libro de enseñanzas y toda su magia reside en la tradición, la tierra y la espiritualidad de un pueblo unido a los renos como medio de vida. Los personajes realizan un viaje de autodescubrimiento entre humos e infusiones de dudosa composición, aprendiendo la importancia del tiempo y que a veces tenemos que elegirnos.

A juzgar por la portada, pensaba que los protagonistas eran niños, pero son adultos y pasan cosas. Su primer encuentro es tierno y divertido, prometía muchísimo. Pero la pausa ha pisoteado mis expectativas. No pongo en duda que Aslak y Taimi tengan química, pero a la llama le ha faltado continuidad.

Un libro entretenido, cargado de buenas palabras. Perfecto para leer junto a una chimenea en las noches de invierno. Como bien resume la autora: Paisajes nevados, Finlandia y un toque de magia. 

«No eres la única confundida o perdida... créeme cuando te digo que estamos todos perdidos.»

«Mientras haya latido, habrá esperanza.»