07 abril 2023

Yo no soy como Stanford | S. Giner


SINOPSIS

Después de catorce años sin verse, Carter se encuentra con un antiguo amor. Un amor de adolescencia que nunca pudo olvidar. En el pasado se portó muy mal con ella, y siempre se excuso a si mismo por la edad, ya que tenía diecisiete años cuando abandonó a Ellie, que contaba quince años, con disculpas que no tenían ningún sentido para ella.

Cuando Ellie supo que el vivía en Nueva York, ciudad a la que ella se había mudado recientemente, evitó encontrárselo, porque tenía un secreto muy bien guardado y que no deseaba compartir con él. Pero no pudo evitarlo ya que, por coincidencias de la vida se encontró con Logan, un amigo del pasado, que era amigo de Carter.


OPINIÓN PERSONAL

Ellie y Carter se conocieron en un campamento de verano y eran buenos amigos, aunque solo se veían unos meses al año. Cuando tenían diecisiete y quince años, la atracción que sintieron al verse fue tan irresistible que se acostaron todo un verano. Cuando se despidieron hasta el año siguiente, el amor de su vida rompió con ella. Carter no quería renunciar a sus planes de futuro, él quería viajar con los amigos y salir con más mujeres. Era joven y le daba miedo lo mucho que la quería.

Con el corazón roto y sin ganas de seguir viviendo, Ellie aceptó casarse con su amigo gay tan pronto como descubrió que estaba embaraza. Durante catorce años, ha sido un padre para su hija, aunque la niña nunca lo ha llamado papá y ni siquiera lleva su apellido. Todo cambia cuando su marido encuentra al hombre de su vida y decide acabar con su matrimonio.

Cosas del destino, cuando madre e hija se mudan a otra ciudad, Ellie se reencuentra con un amigo del campamento que ahora es sacerdote. Logan también es amigo de Carter y le da miedo volver a verle si se mantienen en contacto, pero deja que su hija quede con el sacerdote porque la niña se lleva muy bien con sus amigos.

Carter ignora que Eve es su hija, pero la niña está al corriente de todo. A medida que los adultos pasan más tiempo juntos, sus amigos juegan a ser detectives privados a espaldas de sus padres: investigan el matrimonio de Ellie, le hacen una prueba de ADN a la niña... lo más normal del mundo cuando tienes pasta.

Riquísimos, guapísimos y toxiquísimos. Los amigos millonarios me han parecido un grupo surrealista como poco. Lo comentarios que hacen son ofensivos, superficiales y casi infantiles. Desconocen información básica, como la duración de un embarazo o que un cirujano cardiovascular trata el corazón. Muchas veces me pregunto si son contradictorios sin querer o es que los ha hecho cínicos queriendo.

El romance va de moderno, pero no deja de ser clasista. Las amigas, protagonistas de otras novelas, han pescado a dos mujeriegos y tienen una teoría: que todas las mujeres que se casen con los amigos serán vírgenes. Ellie lo era y lleva catorce años sin mantener relaciones sexuales con nadie, esperando al amor de su vida con la única compañía de un vibrador. Mientras, el amor de su vida es un conquistador.

Cuando Carter se muestra interesado en recuperar el tiempo perdido, Ellie no confía en él. Con el paso de los años ha aprendido a perdonarle, porque solo eran unos críos. Resulta que la mala ha sido ella por no decirle que tenía una hija. Está abierta a ser amigos porque aquel verano es agua pasada... pero es que la atracción que siente por Carter se ha mantenido intacta como el primer día.

Enamorarse significa entregar el control de su vida y si no sale con él no podrá abandonarla otra vez, así que Ellie le propone mantener una relación puramente sexual para desahogarse. Meses viéndose a diario con el amor de su vida en una relación basada en el sexo... ¿qué puede salir mal?

El estilo narrativo es muy básico, con muchísimo diálogo. El problema es que los diálogos no tienen chispa, siempre hablan de lo mismo y las conversaciones eróticas parecen escritas por un robot, es todo demasiado mecánico. La historia de amor no emociona y es la única trama relevante.

 

«Lo que había entre ellos nos se había apagado. Solo estaba aguardando en estado latente hasta que se encontraran de nuevo.»


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