24 febrero 2024

No habrá paz para los malditos | Katherine Vega

Diseño de cubierta: Hollie Deschanel


SINOPSIS

¿Dónde está Lucifer?

El ángel mensajero Gabriel informa en el Cielo que Lucifer ha desaparecido.

La general del Séptimo Círculo del Infierno lo busca.

Un alma maldita planea una venganza eterna.

Las Puertas del Hades que permiten el paso de las almas condenadas al inframundo empiezan a fallar.

Y si el Cielo y el Infierno colapsan... ningún ángel, demonio o humano estará a salvo.

Porque a veces los malos no son tan malos ni los buenos... tan buenos.


OPINIÓN PERSONAL

Samael, el ángel de la verdad, el más hermoso y querido de los siete Tronos, fue el primero en conocer que Dios había creado la Tierra. Cuando las almas humanas llegaron a la Ciudad de Plata, Samael manifestó tener opinión propia, convenciendo a sus hermanos en un acto de rebeldía considerado alta traición. Tras una Rebelión Fallida, Dios le arrancó sus alas y lo desterró al Infierno, un reino ingobernable que necesitaba un líder que mantuviera a raya a los condenados.

El ángel caído se llamó a sí mismo Lucifer, el portador de la luz, y se erigió como Príncipe de las Tinieblas. Durante siglos, ángeles y demonios se han peleado por las almas humanas, en una espiral de escaramuzas entre celestiales e infernales, el odio les viene impuesto, aunque la Ciudad de Plata ha cambiado desde la rebelión y algunos Tronos cuestionan los designios de Dios y su propia naturaleza.

Mientras tanto, en el Infierno, los generales del Príncipe se preguntan por qué pasa largo tiempo ausente y desaparecido. Lucifer se escapa cada vez con más frecuencia a la Tierra, pues la vida en el Infierno le aburre desde hace siglos, y entre las filas demoniacas ha comenzado a extenderse el rumor de que podría estar gestando una segunda rebelión a Dios.

El ángel Gabriel visita con frecuencia a su hermano caído, su deber es informar si ocurre algo y, sin duda, algo se está cocinando a fuego lento en los nueve círculos del Infierno, un cambio que podría derivar en una nueva batalla celestial.

Katherine ha reinventado la caída de Lucifer, perfilando un ángel caído que es más agente del caos que el mal encarnado”. En contra de lo que esperaba, nos presenta un diablo ácido y gamberro que solo pretende escapar de un padre controlador y conquistar por fin el libre albedrío. En esta ocasión, el escenario de la rebelión es la Tierra, donde Lucifer se está labrando un futuro más humano, en compañía de dos demonios leales que no aprueban del todo que se desentienda del Infierno.

El romance entre Lucifer y Leraie se aleja de la típica historia de amor azucarado. Son demonios después de todo, y el amor infernal es una relación abierta y carnal con un punto de ternura. Compañeros de cama y de batallas que se pasan la mitad del libro disfrutando de los placeres de la vida con humanos. En ese sentido son como niños pequeños, inconscientes e inmaduros, aunque entusiasmados con su nueva vida de lujo y lujuriosa.

Personalmente he conectado mejor con Leraie que con Lucifer, al que encuentro un tanto insufrible en su faceta de chico malo, aunque todos los personajes, que no son pocos, están igual de bien construidos. Las motivaciones y la personalidad marcada de ángeles y demonios me han sorprendido con más de un giro inesperado, aunque alguna revelación se veía venir. 

Su relato es lineal, solo da pequeños saltos en el tiempo para ver los recuerdos de la feliz pareja. Elige bien los momentos apropiados para desvelar el pasado de una demonio con inquietudes intelectuales, curiosa e inconformista. También visitamos de forma breve y ordenada las memorias de los ángeles, con énfasis en aquellos que arrojan información sobre un mundo celestial que merece la pena descubrir. 

Como guinda del pastel, el humor infernal del ángel confiere a su estilo narrativo una ideología explícita que critica aspectos de la sociedad bastante lamentables. Si analizas minuciosamente el contexto y la ambientación de la novela, el papel de la mujer es bastante bíblico: nacidas para engendrar, servir y proteger. Puede que otra rebelión no sea tan mala idea como sugieren las profecías...

El final nos deja con el momento más emotivo, como almas en pena que necesitan ver más allá. Los últimos acontecimientos se suceden a un ritmo de vértigo y bien podría entreabrir las puertas del infierno a una segunda parte. Sea como fuere, leer a Katherine Vega siempre es sinónimo de calidad  y entretenimiento.

 

«Dios existe. Pero le importas una mierda.
—Y a mí me importa una mierda él.»


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