26 febrero 2024

La mala costumbre de morir | Daniel P. Carazo

Ilustración de cubierta: Marta De Los Pájaros


SINOPSIS

Crecer en un mundo muerto no es tan complicado como parece... Han pasado varias décadas desde la Gran Contaminación y todo ha cambiado desde entonces, aunque ya solo los ancianos recuerdan cómo era todo antes. Tal vez, incluso, sean los únicos que lo echan de menos.

Para Alexis Campoy, cadete adolescente del ejército de la Nueva Mancha, pasarse las noches disparando desde su azotea a los contaminados que se acercan a la ciudad es algo completamente normal. Alexis se contenta con vivir su rutina, dejando los verdaderos problemas al otro lado de las murallas, como hacen todos los demás. Lamentablemente, un solo momento de mala suerte puede hacer que todo esto cambie.

Una calmada noche de primavera se topa con algo extraño; algo que ha estado buscando la Humanidad desde que todo se fuera al desastre. Algo tan importante que pondrá patas arriba su vida, así como el propio futuro del mundo. Un secreto demasiado grande para un simple cadete.

Y, justamente, le tenía que tocar a él...


OPINIÓN PERSONAL

«Las temperaturas hicieron que subiera el nivel del agua, y con la subida la gente se empezó a mover. Después vinieron las guerras... El gran apagón de tecnología...»

Nos encontramos en un futuro no muy lejano, han pasado un par de generaciones, pero el mundo que conocíamos ha dejado de existir. La tecnología ha sucumbido al caos, no quedan científicos y el clima se ha vuelto impredecible. Ciudades enteras han desaparecido bajo el nivel del mar, se han formado nuevos estados y la Nueva Mancha es una de las primeras potencias en Europa. Más allá de los asentamientos humanos civilizados, los clanes de renegados y los ermitaños conviven con los zetas.

Alexis Campoy es un cadete del ejército en Toledo, capital de la Nueva Mancha. Su padre fue mordido por un “contaminado” cuando él tenía ocho años y dos años después su tío lo metió en la Academia Militar. A sus quince años, nunca ha puesto un pie en territorios contaminados ni conoce otra vida que no sea cumplir órdenes. Después de una pelea con un cadete en un acto oficial, la máxima representación del poder militar ordena su traslado a Albacete.

Albacete ha sido ocupada unas semanas antes de su llegada, es un nuevo territorio conquistado para los colonos que debe reconstruirse. Lo que significa que la nueva ocupación de Alexis consiste en disparar a zetas desde una azotea, hasta que una noche, reciben a un renegado. Georg es un solicitante de asilo... peculiar que, sin quererlo, arrastra a Alexis a un mundo casi extinto que no ha visto nunca.

La mala costumbre de morir es un libro de viaje y aventuras protagonizado por dos amigos que podrían haber encontrado la cura para la Gran Contaminación. Pero los contaminados y los renegados no son el único peligro que enfrentan ya que buscar una cura podría ser motivo de conflicto. La humanidad ha perdido la guerra por la hegemonía de la Tierra, se ha conformado con sobrevivir y hace décadas que ha renunciado a entender el origen de todo.

Esta novela nos habla de una humanidad en estado puro. Los pocos supervivientes no dudan en hacer la guerra, peleándose por los recursos y estableciendo nuevas fronteras. No todos los renegados son unos bárbaros seminómadas sin moral, pero aquí nadie está libre de culpa mucho tiempo. Alexis y Georg recorren la geografía española buscando los vestigios de una comunidad científica, atravesando ciudades que han cambiado y otras que se han quedado congeladas en el tiempo y entre las ruinas de un primer mundo que agoniza.

«No estamos en medio de una épica guerra entre los vivos y los muertos; estamos en guerra contra la propia muerte. Cada día, nuestro objetivo es sobrevivir, pase lo que pase y sea contra quien sea.»

Como historia de zombis propiamente no sorprende, pero tiene un tono mordaz que valoro. Los personajes se toman el fin del mundo con un sentido del humor que me ha caído en gracia, reflexionan en profundidad, pero también son frescos y se mofan de sí mismos. Muchos momentos son tan inesperados y bien pensados que resultan hilarantes precisamente porque se aprecian las intenciones. En general te deja con buenas sensaciones, sobre todo por su estilo narrativo, he desconectado de la realidad desde las primeras páginas y el entretenimiento no decae.

La historia está dividida en cuatro partes y un epílogo, diferenciadas tanto por la ambientación como por la búsqueda de los personajes, aunque su objetivo siempre gira en torno a trama principal bien hilada que recupera elementos mencionados. Cada parte me ha gustado más que la anterior, pareciéndome todas igual de buenas.

Más que la hegemonía humana o el apocalipsis zeta, destaco la relación de Alexis, Georg y compañía. Es una amistad a primera vista que representa lo que, al menos en mi caso, considero la verdadera resistencia en un mundo que solo mira por la supervivencia de uno mismo. Alexis protege a Georg porque lo siente en las tripas, aunque sea arriesgado, en su grupo nada se da por perdido. En ese sentido, el final es un proceso novedoso, extraño y humano que me ha ganado, con todos sus peros.

Continuará... no es un libro autoconclusivo, aunque podría leerse como tal.


«Parecía mentira que un mundo tan pacífico, tan tranquilo, estuviera podrido esta la médula.»

«Los individuos podían ser diferentes, pero la gente siempre acababa siendo la misma.»


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