Traducción: Alejandro Palomas | Editorial: Siruela
SINOPSIS
En la velada del día de Nochebuena, una gran nevada obliga al tren de las 11:37 procedente de la estación londinense de St. Pancras a detenerse en las proximidades de Hemmersby. Decididos a no pasar la noche en el vagón, un ecléctico grupo de seis pasajeros decide desafiar las inclemencias del tiempo e intentar llegar al cercano pueblo. A mitad de camino, se ven obligados a refugiarse en una solitaria casa de campo que, a pesar del fuego encendido en la chimenea, el té para tres dispuesto sobre la mesa y el agua de la tetera todavía hirviendo, parece estar desierta. Atrapados por las circunstancias en ese reducido espacio, los viajeros intentarán desentrañar el enigma de la vivienda deshabitada y, cuando la tormenta finalmente amaine, de las cuatro personas que han sido asesinadas...
La recuperación de esta espléndida novela de intriga de ambiente navideño, desaparecida de las librerías desde hace más de setenta años, se ha convertido en un festivo e inesperado éxito editorial en el Reino Unido, resucitando así el interés de la crítica y los lectores por un escritor que Dorothy L. Sayers no dudó en calificar como «un insuperable maestro en el marco de las aventuras de misterio».
OPINIÓN PERSONAL
«El tren se detuvo a causa de la nieve y, junto con otros pasajeros, intentamos llegar, cruzando campo a través, a otra estación.»
La víspera de Navidad, seis pasajeros se bajan de un tren detenido por la nieve, pero se pierden de camino a la siguiente estación. En medio de la tormenta, encuentran una casa con el té servido y varias chimeneas encendidas, aunque no hay ni rastro del propietario. Aislados por la nieve, se adueñan de la casa sin permiso, inquietos por la misteriosa desaparición.
La ambientación fantasmagórica está lograda y es el punto fuerte de la novela. La vivienda encierra un misterio desde hace años y, a medida que pasan las horas, los pasajeros se ven encerrados en una casa extraña que parece habitada por los fantasmas del pasado. Me esperaba un slasher y más novela negra, pero no puede catalogarse como tal, pese a los crímenes que tienen lugar.
Una de las cosas que menos me han convencido es que el caso sería prácticamente el mismo con otros personajes, de hecho alguno permanece completamente ausente la mayor parte de la obra. Los pasajeros mantienen conversaciones algo triviales, superan pequeños roces, e intentan que la convivencia sea lo más llevadera posible. Pero poco o nada tienen que ver con el crimen cometido, actúan como detectives, investigando por su cuenta las pruebas que hallan.
No soy afín a los personajes que lo saben todo y no dicen nada, sacan sus propias conclusiones sin comentárselo a nadie, ni siquiera al lector. El principio se hace un poco pesado y llegamos a las últimas páginas sin apenas información. Los dimes y diretes de los húespedes son simple relleno que no afecta directamente a la trama, solo dan vueltas alrededor de la casa para que todo se resuelva.
Me recuerda a los clásicos cuentos navideños de fantasmas, solo que aquí son los vivos quienes tienen facultades paranormales. La novela hace un amago de historia paranormal, con un planteamiento bastante torpe y mal cerrado, aunque en líneas generales es una lectura agradable y entretenida.
«En potencia, todo lo que ha existido, todo lo que han creado los sentidos, puede recuperarse con ellos.»
«La verdad es el mayor valor del mundo... y el más infravalorado.»
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