17 agosto 2024

El mar de la tranquilidad | Emily St. John Mandel

Traducción: Aitana Vega | Ilustración de cubierta: Dgim Studio | Editorial: Ático de los Libros



SINOPSIS

En 1912, Edwin St. Andrew busca una nueva vida en la colonia británica de Columbia al ser exiliado por sus ideas políticas.

En 2020, Mirella busca a la responsable de la muerte de su marido.

En 2203, Olive Llewelyn, autora de éxito, viaja por la Tierra para promocionar una novela que, aunque ella no lo sabe, será profética.

En 2401, el detective Gaspery-Jacques Roberts recibe el encargo de investigar una anomalía en el tiempo. Pronto descubrirá que sus acciones pueden cambiar el rumbo de la historia.

Y a todos ellos los une una melodía de violín, tocada en una terminal aeroespacial, y un arce milenario que trascienden ambos el espacio y el tiempo.

El mar de la tranquilidad es una novela sobre los universos paralelos y sus posibilidades, que juega con la propia línea que debería seguir el tiempo, y que habla sobre el arte, el amor y las relaciones humanas.


OPINIÓN PERSONAL

La ambientación histórica, contemporánea y futurista relaciona tres épocas a través de una melodía de violín, una terminal aeroespacial y un arce milenario. El objetivo de la investigación es una anomalía temporal, pero la trama ha sido construida de manera impecable alrededor de las historias personales que tienen lugar junto al fallo. No sabemos qué pueden tener en común personas separadas por siglos de distancia y la novela tiene un punto de intriga en esa dirección.

No es la primera novela que leo de la autora y siempre me emociona la humanidad que desprenden sus palabras. En esta ocasión, reflexiona sobre dudas existenciales y los miedos que siempre nos han inquietado, pero lo hace a modo de trasfondo, narrando vidas cotidianas sin otro fin que la existencia misma. También especula acerca de una sociedad futura que ha colonizado planetas y comprendido la cuarta dimensión.

La forma narrativa es personal, cambia de narrador a conveniencia. Lo encuentro interesante en muchos aspectos, algunos pasajes te remueven la conciencia y otros hacen que nos cuestionemos las normas que damos por sentado, trayendo a nuestra memoria hechos históricos que hemos vivido hace poco. Por supuesto, el desenlace arrastra una paradoja inevitable, pero el final está hilado con momentos agradables que nos dejan satisfechos. 

Su visión del mundo da un sentido a la vida, aunque la realidad no tenga sentido. 

Otras obras de la autora: Estación Once


«Ninguna estrella arde para siempre.»

«Sabíamos que iba a pasar, pero no nos lo creíamos del todo, así que nos preparamos de forma discreta.»


No hay comentarios:

Publicar un comentario