08 septiembre 2024

Paisajes de pesadilla | Andrés Borghi

Ilustración de cubierta: El Toreh



SINOPSIS

Un guardia del puerto accede ilegalmente a uno de los containers allí almacenados para vender la mercadería por su cuenta, pero lo que encuentra dentro es algo mucho más siniestro.

Miriam vive en una vieja casa, donde cuida a una anciana. La mujer, que sufre de Alzheimer, confunde el pasado con el presente y ve gente que no está allí. Todo cambia cuando Miriam comienza a sospechar que quizás sí hay alguien más en la casa.

Paisajes de pesadilla es la segunda antología de terror del escritor y director de cine argentino Andrés Borghi, precedida por el muy bien recibido Reflejado en la sangre.

Los siete cuentos aquí incluidos nos presentan situaciones y panoramas escapados de una realidad distorsionada. Como en una pesadilla, lo terrorífico se apodera de ellos para oscurecer al mundo y borrar los límites entre lo imposible y lo real.


OPINIÓN PERSONAL

Siete relatos de terror que nos llevan por lugares cotidianos como un puerto, una llamada telefónica, la habitación de un hotel o un hospital. Todos visitan historias que en principio podrían ser verdad, pero acaban siendo retorcidas por algún giro sangriento e inquietante. Son personajes de carne, hueso y sangre que enfrentan el peor final posible. 

La ambientación es perfecta, con una prosa amena que te arrastra a través de los escenarios más oscuros y te mete el miedo en el cuerpo lentamente. A veces el horror resulta visceral y estomagante, pero otras es un miedo más psicológico. Son relatos relativamente cortos, pero desarrolla bien el recorrido de los personajes, sobre todo el sufrimiento físico y mental.

Y lo peor de todo: muchas violencias y abusos son humanos.

«Esto era real, la confirmación de que el humano es capaz de cualquier cosa.»


A continuación resumo muy brevemente cada uno por si fuera de interés.

  • Mercadería

Aldo es un guardia nocturno del puerto que necesita plata para su tratamiento de cáncer de pulmón. Gracias a su sobrino, sabe que uno de los contenedores tiene mercancía por el valor de ocho millones de dólares y que nadie lo ha reclamado. 

El terror adopta una forma original, inhumana y sádica; es un poder desconocido y nada halagüeño, que pone a prueba la desesperación del guardia.

  • La voz de Érika

Una llamada telefónica entre Eri y Brenda, comienza como una charla anodina sobre chicos, pero acaba derivando en una realidad que entristece y pone los pelos de punta. 

  • Un auto en la lluvia

Marcos ha ido a casa de sus padres a por su vieja guitarra eléctrica; tiene treinta años y persigue su sueño de vivir de la música. Esperando el 172 para volver a casa, un coche se detiene y se ofrece a acercarlo. 

  • Bibbiano

Miriam dejó su país para ver mundo, pero lleva años trabajando como cuidadora de Lina, una anciana con Alzheimer. Últimamente Lina está empezando a ver gente que no está ahí, como Prieto, que se la quiere llevar de vuelta a Bibbiano.

El ritmo narrativo y la ambientación cerrada de la casa me han parecido tremendos y elaborados, sientes escalofríos mucho antes de que lo paranormal haga acto de presencia. Es un grito sordo que se prolonga en el tiempo.

  • Sombras

Eze vive con su madre en una casa humilde, casi destruida. Cuando sus padres se separaron, su madre entró en depresión y en el colegio le hacen bullying, pero Eze siempre intenta llegar a casa con una sonrisa.

No es terror, excepto por el toque paranormal que habita en todos los relatos, pero refleja una realidad tan cruel que cuatro líneas son suficientes para incomodarnos. Quizá el que más huella me ha dejado, el desasosiego no te suelta en un buen rato.

  • Una caja de metal

Alan siempre elige la misma habitación del mismo hotel. Siempre entra en la habitación 713 para llevar a cabo un círculo vicioso y degenerado que me ha revuelto. Es duro tragar lo que está contando desde su punto de vista, justificando y describiendo un crimen repulsivo. La extrañeza del relato da pistas del desenlace que aguarda y el final es un cierre perfecto. Un gran título.

  • Paisaje de pesadilla

Alexis acude al hospital tan pronto le comunican que su hermano Guillermo está ingresado. Los médicos no saben qué le pasa, Alexis será el primero en descubrirlo. Un relato teñido de rojo que efectivamente nos arrastra a un paisaje de pesadilla, grotesco y nauseabundo. El desenlace se despide con un final digno de la colección. 


«No se sentía seguro ni dentro de su propia cabeza.»

«La gente se muere todo el tiempo, es parte de la vida. A veces se lo merecen, a veces no. Y a veces vuelven, si alguien los ayuda.»

«Sus pensamientos se alejaban más y más de la realidad. Porque esa realidad no era posible. Un lugar tan cruel no podía existir.»


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