Traducción: Pilar Ramírez Tello | Editorial: Montena
SINOPSIS
En un mundo regido por la ley marcial de la Roma Antigua, el precio de la desobediencia es la muerte. Laia y su familia sobreviven en los callejones más pobres, sin cuestionar el orden establecido. Han visto lo que les pasa a quienes se atreven a desafiarlo.
Cuando encarcelen a su hermano por traición, Laia se verá obligada a acudir a la resistencia. A cambio de su ayuda, deberá espiar para ellos en la Academia Militar. Allí conocerá a Elias, el soldado más prometedor del Imperio y también su mayor opositor.
OPINIÓN PERSONAL
Hace quinientos años, los marciales conquistaron las tierras académicas gracias a su acero (de una calidad superior) y esclavizaron a todos los supervivientes. Donde antes había una universidad o una biblioteca, ahora hay una armería o una academia militar. Laia es una adolescente académica que ha visto morir a casi toda su familia. Durante una redada nocturna, los marciales detienen a su hermano Darin y ella se ve obligada a huir. Obsesionada con la idea de liberar a su hermano, Laia acude a la resistencia. Pero a cambio de su ayuda, el líder quiere que ella se convierta en una espía e investigue a los marciales, bajo las órdenes de una comandante sádica que acostumbra a torturar y asesinar a sus esclavos.
Laia es un personaje que evoluciona despacio, y con la que no he terminado de conectar. De acuerdo, es una chica cobarde que se enfrenta a sus peores pesadillas para rescatar a su hermano, pero le ha faltado un poco más de garra y carisma. Por otro lado, su historia con Keenan no me dice gran cosa porque lo único que tienen en común es que ambos han perdido a todos sus seres queridos. Lo que sí me ha gustado mucho, es el pasado familiar de Laia y que la resistencia esté dividida. El hecho de que la única esperanza de los académicos también esté corrompida, hace que la historia sea mucho más realista y nos mantiene en tensión todo el rato.
Por el contrario, he empatizado muchísimo más con el protagonista masculino. Elias es un máscara, es decir, un soldado marcial entrenado por la comandante durante catorce años. Es, además, el hijo bastardo de una familia respetable. Un hijo no deseado que fue abandonado por su madre en el mismo momento de su nacimiento y que, por lo tanto, no ha sido criado por los marciales. Quizá por esa razón, Elias no comparte el carácter bélico del Imperio y su máscara de plata líquida no se funde con la piel. Elias no quiere ser un máscara, ni siquiera quiere formar parte de un Imperio que esclaviza a otras personas. Es más, últimamente se preocupa más de la cuenta por la nueva esclava de la comandante.
No obstante, cuando los poderosos e inmortales augures lo señalan como uno de los candidatos que lucharán por convertirse en el nuevo emperador, a Elias no le queda más remedio que renunciar a sus planes de desertar y enfrentarse a sus propios compañeros si desea sobrevivir a las Pruebas. Los augurus creen ciegamente en una profecía que dice: De entre la juventud curtida en la batalla surgirá el anunciado, el más grande entre los emperadores, azote de nuestros enemigos, comandante de las más devastadoras huestes. Y el Imperio será uno.
Otra de las candidatas es Helene, la mejor amiga de Elias desde que eran niños. Según parece, Helene está enamorada de Elias, pero sus sentimientos no son del todo correspondidos. Elias la quiere, sí. Pero solo como amigos. El caso es que todo el mundo subestima a Helene, incluido el lector. Sinceramente, Helene es uno de los personajes más complejos de toda la novela, aunque solo sea por todos los secretos que esconde. Reconozco que he odiado a esta mujer con todas mis fuerzas, pero mi opinión cambió por completo durante los últimos capítulos. Porque ¡qué final!
Una llama entre cenizas es un libro con muchísimos personajes y todos igual de relevantes. Buenos y malos van construyendo un esquema de lo más sólido que me ha dejado sin palabras en más de una ocasión. Si tuviera que describir a los protagonistas con la mayor brevedad posible, creo que la autora retrata perfectamente a sus personajes en los agradecimientos: “el valor de Elias, la determinación de Laia y la capacidad de Helene para amar”.
La historia está escrita en primera persona del presente, alternando entre Elias y Laia. Se trata de una prosa bastante amena que se lee en un suspiro y, además, el ritmo narrativo es muy ágil, ya que es una historia cargada de acción y adrenalina en estado puro. Los capítulos no son especialmente cortos, pero lo parecen porque no puedes parar de leer.
Para ser sincera, esta novela me ha sorprendido muchísimo desde las primeras páginas. Me esperaba una novela juvenil más sencilla y sin grandes pretensiones, pero resulta que es una historia de fantasía histórica maravillosa y muy entretenida. Por supuesto, coincido en que el argumento desafía a la lógica en más de una ocasión, pero su desarrollo es lo bastante correcto como para corregir esos pequeños deslices.
Como primer libro de una trilogía me ha parecido fascinante, aunque solo sea porque me ha dejado completamente intrigada. Durante los últimos capítulos, se van resolviendo poco a poco todas las incógnitas, pero aún así, me he quedado con muchísimas ganas de saber qué les depara el futuro. Muy recomendable.
«El miedo solo es tu enemigo si se lo permites. El exceso de miedo te paraliza. La falta de miedo te vuelve arrogante. El miedo puede ser bueno. Puede mantenerte con vida. Pero no permitas que te controle. No permitas que siembre la duda en tu interior. Cuando el miedo tome el control, procura utilizar la única arma lo bastante poderosa e indestructible como para doblegarlo: tu espíritu. Tu corazón.»
«Existen dos clases de culpa: la que se convierte en una carga y la que te da un propósito. Deja que la culpa te impulse, que te recuerde quién quieres ser. Dibuja una línea mental y no vuelvas a cruzarla. Tienes alma. Está herida, pero está. No permitas que te la quiten, Elias.»
«No necesito creer en lo sobrenatural, no cuando lo que anda suelto por las noches es mucho peor.»
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