Novia | Ali Hazelwood

Traducción: Patricia Sebastián Hernández | Diseño de cubierta: Eva Mutter | Editorial: Faeris

SINOPSIS

Misery Lark, la única hija del consejero vampírico más poderoso del suroeste, es, de nuevo, una marginada. Los días de anonimato entre los humanos se le han acabado: su padre recurre a ella para poder llevar a cabo una alianza de paz histórica entre los vampiros y sus enemigos mortales, los licántropos, por lo que no le queda más remedio que resignarse al intercambio. Otra vez...

Los licántropos son despiadados e impredecibles, y su alfa, Lowe Moreland, no es la excepción. Lidera a su manada con total autoridad, pero siempre de forma justa y, a diferencia del consejo vampírico, con compasión. Por el modo en que no pierde de vista a Misery, está claro que no se fía de ella. Y bien que hace...

Porque Misery tiene sus motivos para haber accedido a ese matrimonio de conveniencia, motivos que nada tienen que ver con la política ni con ninguna alianza, sino con lo único que le ha importado en la vida. Y está dispuesta a hacer lo que haga falta para recuperar lo que ha perdido, incluso si para ello debe vivir a solas en territorio licántropo; a solas con el lobo.

OPINIÓN PERSONAL

Misery lleva una vida humana y no se relaciona con los vampiros, excepto con su hermano Owen. Sabe que todos la odian, pero acepta casarse por el bien de su especie con el alfa de una manada licántropa. La ceremonia es un símbolo de paz, aunque ella se ha casado por otra razón...

La historia romántica no ha sido lo que esperaba, en el mejor de los sentidos. Misery y Lowe pertenecen a dos mundos enfrentados y no se conocían antes de la boda, pero su matrimonio de conveniencia no es una relación tormentosa. Son protagonistas fuertes que llaman a las cosas por su nombre y hablan sin tapujos, ninguno se impone al otro y la atracción fluye a su ritmo.

Está escrita en primera persona, con una prosa fresca y cercana. Los pensamientos de Misery no tienen filtro y es de todo menos pusilánime. Por su lado, Lowe es un alfa comprensivo y cariñoso, con un lado tierno y un punto dominante. 

La trama política no está mal, es menos simple de lo que parecía, aunque no deja de ser una excusa para que el enlace y los desencuentros tengan lugar. Reúne los elementos más clásicos de la novela rosa y les da un toque moderno, incluso bromea con los clichés que ha utilizado de forma consciente.

Hacia las últimas páginas, las conversaciones tropiezan porque no había mucho más que contar, pero lo he devorado y te deja con ganas de leer la siguiente historia.

«El poder no conlleva nada bueno».

«Los nuestros están acostumbrados a llevar un cierto nivel de vida. Muy pocos se molestan en preguntarse qué es lo que hacemos nosotros para proporcionárselo».