21 marzo 2017

El que habla con los cuervos | Ferals 1 | Jacob Grey

Editorial: Destino


SINOPSIS

Cuando Caw, un chico huérfano que vive en las calles, intenta averiguar la verdad sobre su naturaleza y su pasado, descubre que es un feral con el poder de hablar con los cuervos, que lo obedecen y protegen incondicionalmente. Sin embargo, hay más ferals capaces de comunicarse con otros animales y no todos persiguen el mismo objetivo. Caw deberá decidir qué camino tomar y correr todos los riesgos para evitar que una red de oscuridad caiga sobre la ciudad...


OPINIÓN PERSONAL

Me encanta Caw. Es un protagonista solitario que ha sido criado por cuervos desde los cinco años. Como tal, está un poco asalvajado, pero todavía no ha perdido la inocencia característica de un niño de su edad. Apenas recuerda su pasado, pero todas las noches tiene la misma pesadillas: el momento en que sus padres lo abandonaron.

Por cierto, los tres cuervos que acompañan al protagonista (Milky, Glum y Screech) son, por así decirlo, los personajes graciosos de la novela. Siempre aportan algún comentario sarcástico a todas las conversaciones, así que me han caído bastante bien. Glum es el típico casbarrabias, he simpatizado muchísimo con Screech, pero Milky es, sin lugar a dudas, el protagonista animal más interesante y misterioso de toda la novela. Desde el principio, sabemos que es todavía más sabio de lo que parece.

Por otro lado, Lydia es todo bondad e inocencia. La primera amiga humana de Caw es una chiquilla muy espontánea que habla hasta por los codos. No obstante, a mí me ha parecido una niña un poquito irritante. Sinceramente, en más de una ocasión, le daría un buen tirón de orejas por ser tan ingenua. Pero bueno, teniendo en cuenta la edad de este personaje, creo que su actitud es bastante coherente.

En cuanto al resto de los ferals, tanto buenos como malos, me han gustado todos por igual. Aunque reconozco que la personalidad de los adultos podría mejorarse en muchos aspectos, porque muchas veces se comportan como niños. Como lectora adulta, se echa de menos que profundice más en las emociones. Después de todo, estamos hablando de una guerra abierta que ha segado decenas de vidas.

La novela está escrita en tercera persona pero toda la historia giran en torno a Caw y apenas conocemos los pensamientos del resto de los personajes. La prosa de este autor es bastante amena, además el ritmo de su lectura es muy ágil porque en todo momento están sucediendo cosas relevantes para la trama. De modo que no da tiempo a aburrirse, es un libro que se lee muy rápido.

La primera novela de esta serie me ha parecido muy entretenida y muy adictiva, tanto que no podía parar de leer. El universo de los ferals que se ha inventado me ha parecido extraordinario. La historia me ha mantenido totalmente enganchada a sus páginas y el desenlace se guarda más de una sorpresa en la manga. Alguna resulta un poco predecible desde el principio, pero aún así, me ha parecido un final muy interesante que nos deja con ganas de más.

Ciertamente, se nota que se trata de literatura juvenil, sobre todo porque abundan las situaciones poco realistas. A pesar de que los adultos están bastante presentes en todo momento, al final, son los niños quienes resuelven todos los problemas. Sin embargo, este intercambio de roles no es tan descarado como en otras novelas. Por cierto, para ser una juvenil, algunas descripciones son un poquito macabras. Hay momentos que me han dado verdadera grima.

Por otro lado, me encanta la relación que los ferals buenos mantienen con sus animales, porque los tratan de igual a igual, como si fueran mejores amigos, y se preocupan siempre por su bienestar. A diferencia de ellos, los ferals malos doblegan la voluntad de los animales y los obligan a servirles. Por otro lado, me parece bastante apropiado que los buenos "presuman" de cierta superioridad moral. Es decir, después de todo lo que han sufrido, muchos desean vengarse. Pero todos son capaces de enfrentarse a sus propios demonios para ser mejores personas que el enemigo.


«No podemos pasarnos la vida corriendo y escondiéndonos».


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