17 mayo 2017

El pozo detrás de la puerta | Josep Sampere

Ilustraciones: Eva Vázquez | Editorial: Anaya


SINOPSIS

Álex y Olga sospechan que un intruso de su edificio mueve los hilos (literalmente) de las vidas de los vecinos. Todos han sufrido pequeños "incidentes" con el ascensor, incidentes que han cambiado drásticamente sus destinos. Cuando los dos jóvenes se atreven a investigar el asunto, todas las pistas los llevan al mismo lugar: el entresuelo del edificio, un lugar inexistente en el panel de botones del ascensor. Pero lo que los espera allí podría no ser humano, ni tampoco un monstruo, sino un ser mucho más poderoso. Los deseos de los vecinos se cumplen del modo más siniestro..., pero el pozo no concede ningún favor sin recibir un sacrificio a cambio.


OPINIÓN PERSONAL

La novela no se centra tanto en los personajes como en el misterio, de modo que toda la historia gira únicamente alrededor del ascensor. Apenas conocemos a Álex y todo lo que sabemos de Olga es lo que Álex opina de ella: «le gustaba la seriedad un poco burlona con la que se expresaba, su lenguaje esotérico, las ráfagas de locura que le iluminaban los ojos. Le gustaba el aire sabiondo y maniático que le daba el lápiz despuntado —y roído— que hacía bailar entre los dedos. Se veía de lejos que era en extremo metódica, seguramente maniática, sin duda obsesiva.» A pesar de que la historia lo merecía, no he logrado empatizar con ninguno de los dos. Quizá un poquito más con Olga, pero muy al final.

En cuanto al resto de personajes, el autor se limita a resumir sus historias personales en un par de líneas. Cuando debería profundizar más en las casualidades que han unido a los vecinos del edificio, incluidos los padres de Álex. Por cierto, ¿por qué Álex no tiene más amigos y dispone de todo el tiempo del mundo para deambular por el edificio a sus anchas? Como ya es costumbre en muchísima de la literatura infantil que he leído, los adultos no tienen ningún peso en la novela.

La novela está escrita en tercera persona, aunque centrada siempre en las vivencias de Álex y Olga como únicos protagonistas de la historia. La prosa es muy ligera y entretenida, acorde con la edad recomendada (a partir de 12 años). La extensión de este libro es bastante breve, pero el ritmo de la acción es pausado y la historia avanza sin ninguna prisa hacia un desenlace espeluznante.

Definitivamente, esta novela infantil (la edad recomendada es a partir de 12 años) me ha parecido más inquietante que muchísimas novelas de terror para adultos. Se trata de una historia bastante cruel que se vuelve cada vez más oscura y retorcida. El final me ha dejado con muy mal cuerpo. Básicamente, la sinopsis que aparece en la propia cubierta del libro es un resumen perfecto de lo que sucede en toda la novela. Ascensores que provocan incidentes como si tuvieran voluntad propia, un ser todopoderoso capaz de manejar los hilos de nuestras vidas y unos vecinos dispuestos a todo por ver cumplidos sus deseos.  

Desconozco si era la intención del autor, pero me he pasado toda la novela encontrando demasiadas similitudes con la sociedad real. Y esa segunda lectura, es lo que más me ha aterrado de todo. En ese sentido, me ha parecido una novela más adulta que infantil. El trasfondo de esta historia resulta realmente siniestro. Mientras devoraba las últimas páginas, sentía escalofríos de pánico e impotencia trepando por mi espalda todo el rato.


«Las cosas no pueden ser nunca como desearías que fueran. Siempre hay algo a lo que tienes que renunciar, siempre tienes que hacer un sacrificio. Si algo te enseña la vida, es que hay que acostumbrarse cada vez más a la pérdida de las personas que nos importan. Pero si la muerte también te enseña algo, es que hay que confiar en la posibilidad, por remota que sea, de volver a encontrarlas algún día.»


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