Traducción: | Ilustraciones: Beatriz Martín Vidal | Editorial: El Jinete Azul
SINOPSIS
Birgit enferma de gravedad e ingresa en el hospital. El miedo, la esperanza y la tristeza trastornan la vida de toda la familia. Y en especial la de su hermana pequeña, que, desde su visión, narra los acontecimientos y sus sentimientos hasta la muerte de Birgitt.
Gudrun Mebs fue Premio Alemán de Literaura Infantil y Juvenil dos años después de la primera publicación de este libro en 1982. Es sin duda una de sus mejores obras.
Las sugerentes y líricas ilustraciones de Beatriz Martín Vidal iluminan este hermoso texto lleno de ingenuidad y ternura.
OPINIÓN PERSONAL
Como en la mayoría de la literatura infantil que he leído, la personalidad de sus protagonistas resulta demasiado superficial. La hermana de Birgit —que ni siquiera tiene nombre que yo recuerde— es una niña normal y corriente con la que muchísimas niñas podrán sentirse identificadas. Al mismo tiempo, los sentimientos que esconde parecen bastante realistas, puesto que la autora ha reflejado perfectamente las emociones que sentiría una niña de su edad ante una situación de pérdida. Miedo, dolor, pena, celos, soledad. Inocencia.
Al final, lo que menos me ha gustado de toda la novela, han sido los padres de Birgit y su hermana. De acuerdo que estén atravesando una situación familiar muy dolorosa, pero el trato que le conceden a su otra hija no tiene justificación alguna. No me refiero tanto al hecho de que su hermana se quede un poco al margen durante los días más difíciles, como al modo en que su padre le comunica las últimas noticias sobre la salud de Birgit. ¡Un poquito más de tacto, por favor!
La novela está narrada en primera persona por la hermana pequeña de Birgit, lo que nos permite meternos en la piel de una niña que no comprende lo que está sucediendo ni por qué. La prosa es sencilla y amena, muy apropiada para lectores jóvenes. Lo que más me ha gustado de su forma de contar la historia, son los momentos en que la hermana de Birgit se hace un lío y malinterpreta las expresiones de los adultos.
Para ser sincera, creo que la autora trata un tema muy duro (el cáncer infantil) con demasiada crudeza y muy a la ligera. Las conversaciones de los adultos con la hermana de Birgit son de traca porque apenas le dan explicaciones ni consuelo. En serio, es casi inhumano cómo informan a la niña del estado de su hermana mayor.
Comprendo que, al tratarse de literatura infantil, la brevedad es dos veces buena; pero debería haberse extendido un poco más con los diálogos. Y no creo que divagar sobre lo que hay después de la muerte sea la mejor manera de cerrar esta historia. Sobre todo porque no profundiza demasiado en el significado de esas creencias (tener fe o ser ateo). Birgit es la historia hiper-abreviada de una muerte.
Me parece correcto que la literatura infantil pretenda enseñarle a los niños que la vida no siempre es fácil y que los libros sirvan como herramienta para que los padres puedan explicarles determinadas cosas. Sin embargo, este libro más que suscitar la curiosidad y la comprensión de los niños, los llena todavía de más dudas. Y nos deprime a todos los lectores por igual.
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