Traducción: | Editorial: Tusquets
SINOPSIS
Esta es una historia de amor tan poco frecuente, tan apasionada, tan extrema y, a la vez, tan real, que el lector no podrá sino seguir, fascinado, su ritual desarrollo. Dos personas, cultas, civilizadas e independientes, se encuentran un día por casualidad en una calle de Nueva York, un domingo de mayo, a principios de los años setenta, y dan comienzo a una relación que pronto pasará a ser una experiencia sado-masoquista de insólita intensidad. Desde el inicio, establecen espontáneamente entre ellos estímulos sexuales que obedecen a un instintivo ritual de dominación y humillación, ritual que, por supuesto, es aceptado gozosamente, primero con sorpresa y luego con fruición auténtica, por la autora de esta estremecedora narración. Naturalmente, a medida que avanza la relación, la pareja emprende juegos cada vez más elaborados y sofisticados que, al cabo de nueve semanas y media, la conducen a ella al absoluto descontrol de su cuerpo y de su mente.
OPINIÓN PERSONAL
Sintiéndolo mucho, las primeras páginas son un verdadero suplicio. La presentación del protagonista masculino resulta tediosa. La autora se vale de una excusa un poco tonta para describirnos su fondo de armario con todo lujo de detalles, de modo que prejuzgamos su personalidad a través de su ropa. La cosa mejora un poco después, pero un poco nada más. Al margen de unas descripciones sexuales sutiles y extraordinarias, la mayoría de las conversaciones son igual de aburridas. Sus historias personales me parecen irrelevantes.
El argumento prometía una experiencia sadomasoquista de intensidad, pero se queda en experiencia sadomasoquista a secas. La evolución del personaje femenino puede resultar interesante o morboso, ya que termina sintiendo placer a través de experiencias dolorosas. Y aunque me ha disgustado, la figura dominante también resulta creíble. El problema es que, aparte de que me ha parecido una lectura aburrida, el final es tan abrupto que no mejora el resto de la novela.
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