Traducción: Lourdes Porta Fuentes | Editorial: Alfaguara
SINOPSIS
«Aquella mañana me desperté llorando. Como siempre. Ni siquiera sabía si estaba triste.»
Sakutarô y Aki se conocen en la escuela de una ciudad provincial de Japón. Él es un adolescente ingenioso y sarcástico. Ella es inteligente, hermosa y popular. Pronto se convierten en amigos inseparables, hasta que un día, Sakutarô ve a Aki con otros ojos, y la amistad cómplice se transforma en una pasión arrebatadora. Ambos viven una historia capaz de trastocar los sentidos y borrar las fronteras entre la vida y la muerte.
OPINIÓN PERSONAL
Sakutarô y Aki se conocen en la escuela de una ciudad provincial de Japón. Él es un adolescente ingenioso y algo sarcástico. Ella es inteligente, hermosa y popular. Pronto se convierten en amigos inseparables, hasta que un día, por primera vez, Sakutarô ve a Aki con otros ojos, y la amistad cómplice se transforma ineludiblemente en amor. Ambos viven una historia capaz de trastocar los sentidos y borrar las fronteras entre la vida y la muerte.
Aki es una protagonista dulce y bondadosa, pero con carácter. Saku-chan también es un chico bastante mono y simpático, pero mucho más "adolescente" que ella. Aki siempre se expresa con buenas palabras. Saku-chan utiliza un vocabulario un poco más bestia, aunque sus intenciones nunca son malas. En definitiva, Aki y Sakutarô son dos personas muy diferentes, pero destinadas a enamorarse. Su relación de amor me ha inspirado muchísima ternura. Sobre todo, porque sus conversaciones filosóficas son tan genuinas que me han arrancado una sonrisa.
Por otro lado, el resto de personajes están de paso. Su amigo Oki apenas hace acto de presencia. Los padres de ambos aparecen más, pero tampoco se les concede demasiado peso en la historia. A diferencia del abuelo de Sakutarô, cuyas conversaciones con su nieto son bastante conmovedoras y le conceden a la novela un extra de emoción.
La prosa de este autor es amena, sin grandes florituras. No obstante, su forma de describir las emociones de Sakutarô merece que este relato presuma de una belleza indescriptible. Toda la novela está escrita en primera persona por el propio Sakutarô, aunque la historia recoge tres momentos de su vida diferentes: su relación de amor con Aki, lo que sucedió inmediatamente después de su pérdida y años más tarde. El libro está dividido en cinco grandes capítulos, compuestos a su vez por varios capítulos mucho más breves. De modo que su lectura es muy fluida.
Un grito de amor desde el centro del mundo comienza por el final. Es decir, desde la primera página conocemos el futuro de Aki y, aún así, es una de esas novelas que te mantienen con el corazón en un puño hasta el final. En un principio, pensaba que sería un libro mucho más romántico, pero se trata de una novela que reflexiona sobre la vida y la muerte de una forma casi poética. Los protagonistas debaten sobre el amor verdadero y sobre la existencia misma del ser humano. Pero sobre todo, el autor profundiza en las emociones que experimentamos a la hora de afrontar la pérdida de un ser querido. En ese sentido, me ha parecido una historia bastante conmovedora que nos hace sentir en paz con nosotros mismos.
«Desde que nací, no ha habido un solo segundo en que tú no hayas estado en este mundo. Nací en un mundo en el que tú ya estabas. A mí me es totalmente desconocido un mundo en el que tú no estés.»
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