24 septiembre 2019

La tumba de Eva Goth | David Orange

Diseño de cubierta: David Orange


SINOPSIS

Billy, Hunter y Jules han crecido escuchando la terrorífica leyenda de que a Eva Goth, una joven de su barrio, la enterraron con vida cuando tan solo tenía dieciséis años, precisamente los mismos años que ellos tienen ahora. Cuentan, además, que se llevó con ella un gran secreto a la tumba y que ese secreto, tal vez, podría conducir hasta el más grande de los tesoros.Una noche, cada uno empujado por diferentes motivos, deciden entrar en el cementerio donde está su tumba y comprobar por ellos mismos qué hay de cierto detrás de todas esas historias que cuentan sobre ella. A partir de ese día, ya nada volverá a ser como antes.

La tumba de Eva Goth es una terrorífica y trepidante historia sobre el duelo y la pérdida, el valor de la amistad, la confianza y esa difícil etapa que se encuentra justo en el último tramo de la adolescencia. Un viaje lleno de giros y de sorpresas a través de oscuros secretos familiares y viejas leyendas que mantendrán al lector pegado al libro desde la primera hasta la última página. Un ejercicio narrativo escrito con agilidad, originalidad y altas dosis de la intriga y el suspense más inquietante.


OPINIÓN PERSONAL 

«En realidad solo eran tres críos que se habían puesto a jugar con viejas leyendas y con antiguos y misteriosos secretos, tan peligrosos como para enterrar a alguien con vida. Aunque podían intuirlo, todavía no tenían ni idea de en qué lío se habían metido. Solo eran tres críos abandonando para siempre ese planeta llamado inocencia.»

El cementerio de Green-Wood no era el lugar más indicado para colarse de noche y hacer ese tipo de cosas que solo se hacen cuando se tienen dieciséis años. Cuando anochecía, allí dentro tan solo había sombras. A veces también se escuchaban sonidos extraños, ese tipo de sonidos que a uno no le apetece averiguar de dónde proceden.

Cuenta la leyenda que Eva Goth solo tenía dieciséis años cuando la enterraron con vida. También se rumorea que sus gritos se escucharon durante tres largos y tormentosos días, pero nadie acudió en su rescate. Porque Eva se llevó algo muy grande con ella, un secreto que llevaba mucho tiempo dormido y que ahora había despertado.

Billy King, Jules Long y Hunter Cox son tres amigos adolescentes que entran en el cementerio de noche para exhumar el cadáver de Eva Goth con el único propósito de investigar las extrañas circunstancias de su muerte. Si bien es cierto que cada uno tiene sus propias motivaciones para hacer una cagada de las gordas.

En un principio, me daba la impresión de que ninguno llegaría a tener una personalidad marcada que los diferenciase como individuos, ya que los tres eran demasiado parecidos entre sí. No obstante, a medida que conocemos las complejas circunstancias de cada uno, la trama se vuelve mucho más sólida y todo empieza a cobrar un nuevo sentido. Al final, resulta que los personajes evolucionan una barbaridad a través de un desenlace perfectamente hilado y el desarrollo de sus dramas personales no ha dejado de sorprenderme.

Hunter Cox es un adolescente, digamos, pusilánime que ha crecido bajo el yugo de un padre sobreprotector y casi maníaco, el policía Grady, un hombre con una voluntad de hierro obsesionado con la idea de convertir a su único hijo en un hombre de provecho. Además, como agente de la ley, Grady interpreta un papel fundamental en la investigación llevada a cabo por los amigos, ya que este sabueso incansable no cesa en su empeño de pisarles los talones. Mientras tanto, Hunter se debate entre plantarle cara a la autoridad o seguir siendo un niño asustado y obediente.

Jules Long vive en una casa donde su madre nunca estaba porque se mataba a trabajar por un raquítico sueldo que no alcanzaba para nada, donde a su padre se le veía cada vez menos porque pasaba todo su tiempo buscando un trabajo que nunca llegaba y su hermana, una niña de diez años, estaba siempre sola y con un hambre casi perpetua. Por tanto, lo único que busca Jules en la tumba de Eva Goth es una salida que le permita darle a su hermana pequeña la vida que se merece. Por alguna razón que desconozco, Jules me ha parecido el más adulto y sensato de los tres.

Billy King ha sido, pese a todo, el gran GRAN protagonista de la novela y uno de los personajes más complejos, todo sea dicho de paso. En el fondo, Billy no es un mal chico, pero ha heredado la mala reputación de su familia. Su hermano Scott murió hace muchos años y, desde entonces, sus padres no levantan cabeza. Por esa misma razón, Billy está dispuesto a profanar la tumba de Eva Goth.

Por otro lado, y al margen de los dramas familiares, la novela también retrata los últimos días de la inocencia cuando la edad adulta se abre paso a trompicones. El autor aborda el fin de la amistad desde un enfoque más bien optimista, aunque no menos triste por ello. Jules, Billy y Hunter intentan permanecer unidos y salvar su amistad, pase lo que pase y le pese a quien le pese. No obstante, los problemas de la vida adulta y, en este caso, una serie de sucesos paranormales, socavarán lentamente la confianza que se tienen.

La prosa, como siempre, me ha parecido muy amena. Además, la novela está dividida en capítulos muy breves que facilitan, en todo momento, una lectura pausada. Aunque he devorado la historia en un par de tardes, porque el ritmo narrativo resulta bastante ágil. Creo que ha adaptado su estilo a un tono casi adolescente, podría considerarse a su vez una novela juvenil, sobre todo porque me recuerda a las viejas novelas de misterio y terror que tanto me gustaban cuando era adolescente. En ese sentido, el factor nostalgia se hace notar.

Durante los primeros capítulos, abusa en exceso de algunas expresiones que se repiten a lo largo de la novela, pero a medida que su pluma se va sintiendo más cómoda con el relato, no vuelve a tropezar dos veces con la misma piedra. De todas formas, es un recurso que, por lo menos a mí, no me desagrada del todo. El hecho de que los protagonistas no puedan sacarse una idea de la cabeza nos hace, en cierto modo, partícipes de la desesperación que les está carcomiendo por dentro, día y noche. En esa misma línea, da la impresión de que el autor también estaba allí cuando sucedió.

La ambientación, en general, ha sido elaborada minuciosamente, puesto que ha reparado en cada pequeño detalle. Desde la niebla que desciende por las colinas del cementerio hasta, por ejemplo, el rechinar de la madera en las casas más veteranas. Creo que la descripción más precisa sería decir que la ambientación me recuerda a los viejos decorados de las películas de miedo más clásicas. Además, todos los detalles, incluso aquellos que me habían pasado totalmente inadvertidos, tienen su por qué.

Si tuviera que clasificar esta novela en un solo género, yo destacaría sin duda el tema del suspense, por encima incluso del terror. Porque es la típica historia que te mantiene en tensión todo el rato con un susto que no acaba de llegar... cuando menos te lo esperas. Aquí el terror no se alimenta de vísceras ni de litros de sangre. O al menos lo hace en su justa medida. Por el contrario, hay una especie de presencia paranormal que no se materializa hasta casi el final, así que se trata más bien de una novela de aventuras. Por supuesto, las aventuras son muy muy inquietantes.

Por lo demás, os diré que los protagonistas me han contagiado su curiosidad en todo momento. Ciertamente, la lista de sospechosos no era demasiado amplia, pero aún así, los secretos que Eva se llevó consigo a la tumba han logrado sorprenderme. Así que el final me ha dejado con una sensación agridulce en la boca del estómago.

Que por cierto, también me ha sorprendido descubrir que parte de los datos que dan forma a esta novela (las llaves, la leyenda en torno al Papa) son ¡¡reales!!

En conclusión. Una lectura bastante amena que te engancha desde las primeras líneas. La tumba de Eva Goth es una novela de suspense y terror, pero a la vieja usanza. La historia me ha mantenido intrigada hasta las últimas páginas y los secretos que se esconden bajo tierra me han sorprendido de principio a fin, porque el desenlace se va tejiendo lentamente a lo largo de una novela cargada de aventuras y malas decisiones.

Otros libros del autor: Género de violencia, El último día de mi vida


«El problema de la gente tan madura, responsable y consecuente con lo que hace, es que no se le permite hacer ninguna locura, no se le tolera que haga o diga algo inesperado. Es como si se volviesen esclavos de su propia bondad, esclavos de su propia sensatez.»

«Lo cierto es que el final de la adolescencia tenía esas cosas. Un día te acostabas maldiciendo a tus amigos y aquello que habías hecho con ellos, y al día siguiente firmabas con los ojos cerrados ese documento con el que te comprometías a ir con esos mismos amigos hasta el fin del mundo si fuese preciso.»


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