02 marzo 2019

Género de violencia | David Orange

Diseño de cubierta: David Orange


SINOPSIS

Diego es un introvertido chico que acaba de ingresar en la facultad de Bellas Artes y cuya vida familiar es un verdadero infierno. Allí conocerá a Ariel, una encantadora chica que trata de abrirse su propio camino en una sociedad que vive en constante cambio, es el año 1992, recta final del siglo XX, las televisiones mandan y la publicidad educa. Diego y Ariel son dos corazones solitarios que tendrán que luchar con todas sus fuerzas contra ese mundo hostil y violento que los rodea, aunque no todo será lo que parece...

Mientras, en una ciudad costera del este de España están desapareciendo mujeres sin dejar ni rastro, el miedo entre la población crece día a día, las noches son cada vez más peligrosas y nadie sabe hasta qué punto conoce de verdad a aquellas personas con las que se rodea diariamente. Cuando el cuerpo de una las jóvenes desaparecidas es encontrado totalmente desgarrado y mutilado, Silvia Folch, inspectora de la policía nacional, tendrá que hacer lo imposible para hacer frente y atrapar a los responsables de ese desgarrador crimen antes de que sea demasiado tarde, antes de que lleguen más víctimas, aunque tenga que descender a las profundidades más oscuras de su ser para intentarlo...


OPINIÓN PERSONAL

Diego es un chico introvertido cuya vida familiar es un verdadero infierno. Su madre le maltrata psicológicamente y su padre no le dirige la palabra. En su casa, todo es anormal y nadie le ha enseñado a relacionarse ni a sentirse querido. De noche, las pesadillas amenazan con arrebatarle la poca cordura que le queda. Hace años, cuando era pequeño, estuvo en tratamiento bajo la supervisión de la doctora Rueda, pero no ha vuelto a ver a su psiquiatra desde el incidente.

A día de hoy, las carencias afectivas lo hacen tan vulnerable a las muestras de cariño que es incapaz de rechazarlas, vengan de quien vengan. Sin embargo, su vida da un giro de 180º cuando conoce a Ariel en la facultad de Bellas Artes. Su nueva amiga tiene unos padres de verdad y una hermana mayor a la que admira, aunque no se parece en nada a ella. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Cuando tenía dieciséis años, Ariel tuvo que pasar por una experiencia terrible que la cambiaría para siempre.

Por desgracia, nadie está a salvo del mundo hostil y violento que nos rodea. Y en los últimos días, han desaparecido varias personas, todas ellas mujeres.

Silvia Folch, inspectora de la policía nacional, se hizo policía por convicción moral, porque quería ayudar a poner un podo de orden en este podrido mundo. Sin embargo, de entre todos sus compañeros, tan solo confiaba plenamente en Manuel. Más ahora, cuando alguien está haciendo desaparecer las pruebas de un crimen. Harta de cumplir una ley que protege al delincuente, Silvia está decidida a tomarse la justicia por su mano, aunque para ello tenga que hacer extraños compañeros de cama.

En líneas generales, podría decir que estos son los principales protagonistas, pero es una novela de muchísimos personajes, y todos me han parecido igual de relevantes. De hecho, la historia no deja de sorprendernos a medida que los personajes se van relacionando entre sí, porque absolutamente todos tienen algo en común. Incluso los que aparecen a última hora tienen peso dentro de la trama principal, aunque en un principio parecieran simple relleno para que los protagonistas pudieran avanzar mapa a través. Y así con toda la novela, porque los pequeños detalles que aparentemente estaban fuera de contexto, al final tienen su porqué.

También me ha parecido una novela muy interesante como denuncia social, porque no deja títere con cabeza. Es el año 1992, recta final del siglo XX, las televisiones mandan y la publicidad educa. Esta última frase solo era un pequeño anticipo de todo lo que vamos a encontrarnos entre sus páginas. El autor dedica muchísimos párrafos a destripar, sin compasión, un montón de anuncios publicitarios de mensaje sexista. Pero los disecciona en un tono cínico y desenfadado que a mí me ha parecido incluso cómico, aunque el tema en cuestión no tiene ninguna gracia. Lo más preocupante, es que la mayoría de esos anuncios siguen llenando nuestras pantallas a día de hoy.

Al mismo tiempo, retrata perfectamente la situación de la mujer actual. Por estas páginas desfilan un sinfín de mujeres que han sido agredidas de todas las maneras posibles, pero algunas no se atreven a denunciar el abuso porque la sociedad las considera culpables en vez de víctimas. En la otra cara de la moneda, también critica que las mujeres nos consideremos rivales las unas a las otras e introduce en la historia a cierto personaje femenino que solo se siente realizada con el sufrimiento ajeno.

Por último, le concede un papel protagonista a la importancia de una buena educación, aunque lo hace de forma sutil a lo largo de toda la novela. 

En cuando al estilo narrativo, la novela está escrita en tercera persona, aunque de vez en cuando mezcla su relato con los testimonios de las víctimas escritos en primera persona para que la experiencia sea lo más intensa posible. En ese sentido, me ha parecido un relato muy gore y demasiado morboso, sin miedo a herir la sensibilidad del lector. Si bien es cierto que tanta violencia puede parecer gratuita, yo diría que su brutalidad caerá como un jarro de agua fría sobre las conciencias que todavía sigan dormidas. (Lo más gracioso es que luego pide perdón por decir que algo huele a mierda.)

A nivel descriptivo, es una novela magnífica que (para bien o para mal) nos permite ver con absoluta claridad todo lo que leemos. Por otra parte, la historia avanza con mucha calma pero el ritmo narrativo es trepidante, más propio de una película de sobremesa que de una novela negra. Hasta que no te acostumbras a su manera de escribir, la novela resulta un poco desconcertante, ya que entremezcla varias historias a tiempo real. De manera que la duración de los capítulos también varía en función de cuántos personajes estén interviniendo en la acción. Un punto a favor de este recurso, es que no se ha olvidado de introducir el punto de vista de los antagonistas, lo cual me parece formidable (aunque se hace raro que los malos mantengan conversaciones trascendentales).

No hay un solo giro durante las últimas páginas. Básicamente, porque el gran giro de la trama se ha ido repartiendo a lo largo de la novela. De manera que no puedes soltar el libro hasta que acabas con él. Eso sí, confieso que los últimos capítulos han sido una montaña rusa que no siempre me ha convencido, sobre todo cuando los personajes se olvidan de sí mismos entre tanta sangre. Sinceramente, no sabría deciros que opinión merece ese final, tan en la línea del resto de la historia. Es duro.

En conclusión. Una de las historias más impactantes y explícitas que he leído. Con una prosa soez y morbosa, denuncia la cara más sórdida de nuestra sociedad. Una novela cargada de revelaciones inesperadas. Al margen de los pequeños altibajos que restan ritmo y credibilidad a una trama tan bestia, me ha entretenido.

Otros libros del autor: La tumba de Eva Goth, El último día de mi vida


«Ojalá esta gente tan mala solo existiera en las novelas y en la televisión, pero existe de verdad mamá, y dan mucho miedo, más de lo que os podéis imaginar, más de lo que nadie nos pueda contar.»

«Hay veces en los que uno se mete en una movida de la que desde dentro no es capaz de ver bien cuál es el problema, ni encontrar una salida por sí mismo, hasta que viene alguien y te dice ¡eh, me cago en Dios! ¡Sal de ahí de una puta vez hombre!»

«Se supone que un hogar debe ser un lugar en el que sentirse seguro, o querido, o respetado, o simplemente un lugar al que a uno siempre le apetezca regresar después de haber estado ahí fuera, en ese mundo exterior que seguirá girando hagamos lo que hagamos.»


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