23 agosto 2022

Del color de la leche | Nell Leyshon

Traducción: Mariano Peyrou | Editorial: Sexto Piso


SINOPSIS

Elias Canetti escribió que en escasas ocasiones las personas logran liberarse de las cadenas que las atan para, inmediatamente después, quedar sujetas a otras nuevas. Mary, una niña de quince años que vive con su familia en una granja de la Inglaterra rural de 1830, tiene el pelo del color de la leche y nació con un defecto físico en una pierna, pero logra escapar momentáneamente de su condena familiar cuando es enviada a trabajar como criada para cuidar a la mujer del vicario, que está enferma. Entonces, tiene la oportunidad de aprender a leer y escribir, de dejar de ver «sólo un montón de rayas negras» en los libros. Sin embargo, conforme deja el mundo de las sombras, descubre que las luces pueden resultar incluso más cegadoras, por eso, a Mary sólo le queda el poder de contar su historia para tratar de encontrar sosiego en la palabra escrita.

En Del color de la leche, Nell Leyshon ha recreado con una belleza trágica un microcosmos apabullante, poblado de personajes como el padre de Mary, que maldice la vida por no darle hijos varones; el abuelo, que se finge enfermo para ver a su querida Mary una vez más; Edna, la criada del vicario que guarda tres sudarios bajo la cama, uno para ella, y los otros para un marido y un hijo que no tiene; todo ello, enmarcado por un entorno bucólico que fluye al compás de las estaciones y las labores de la granja, que cobra vida con una inocencia desgarradora gracias al empeño de Mary de dejar un testimonio escrito del destino adquirido, al cual ya no tiene la posibilidad de renunciar.


OPINIÓN PERSONAL

La violencia machista dentro de la propia familia en una sociedad que nos quiere calladas. Cuatro hermanas sometidas a la voluntad de un padre que ansiaba hijos varones. 

Se lee sufriendo por el papel de la mujer en 1830, porque no dista mucho de la posición social que muchas cabezas pretenden adjudicarnos. Mary representa cada pequeño acto de rebeldía que durante décadas fue silenciado.

Durante las primeras páginas casi abandono su lectura, me ha llevado unos cuantos párrafos hacerme a la ortografía de una protagonista que ha aprendido a escribir recientemente (ausencia de guiones y mayúsculas). Pero a las pocas páginas estaba atrapada.

Pensaba que el aprendizaje tendría más peso y ocuparía todos los capítulos. Cuál ha sido mi sorpresa al descubrir que el hecho de que aprenda a leer y escribir no solo era la trama en sí misma ¡sino el mensaje! ¿Cuántas mujeres no han podido contar su historia porque no tenían voz ni sabían escribir?

El final es un grito.


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