26 agosto 2023

Baile de Posguerra | Ana Blanco Castro

 Diseño de cubierta: Jose Antonio Fernández



SINOPSIS

Terminada la Guerra Civil española, Sergio, un maestro de escuela, se ve obligado a huir para evitar la represión de los fascistas, encontrará la ayuda que necesita en una extraordinaria mujer, María, hija de contrabandistas, y juntos recorrerán los bosques en busca de libertad. Los del monte, los huidos, los maquis, serán mucho más que una familia para ellos.


OPINIÓN PERSONAL

Sergio Blanco, un maestro de escuela, se echa al monte para huir de la persecución fascista contra el bando perdedor. Desde el partido le han encomendado a María, hija de contrabandistas, guiar sus pasos hacia la frontera de Portugal, pues ella conoce el oficio y cómo atravesar las montañas con éxito.

Baile de posguerra son los recuerdos de la época que vivieron nada más acabar la guerra, días y noches escondidos en las montañas. Su testimonio nos muestra la dureza omitiendo los detalles morbosos, cuenta sucesos que revuelven las entrañas a través de las conversaciones que mantienen con los maquis.

Por la portada y la sinopsis me esperaba una obra sentimental, donde una pareja de enamorados huyen de la injusticia y enfrentan juntos las adversidades. Pero no profundiza en las emociones románticas, esta es la historia de dos «fugados» que buscan momentos de esperanza y felicidad en medio de una tragedia.

La autora enarbola la educación y la cultura como arma, con la mirada puesta en un futuro que ahora es presente. Hay momentos de rabiosa actualidad que suenan a cliché, pero son situaciones reales que critican los tiempos que vivimos y se sienten como un sopapo. Una reflexión sobre las ideas que deberían mover el mundo.

Es una historia que quizá peca de plana algunas veces, donde no se suceden grandes obras y recorremos un camino lleno de obstáculos que parece interminable. Y en cada paso que dan, la poesía de Sergio y la música de María van de la mano, porque el arte y la imaginación también pueden salvarnos.  

El narrador es el propio Sergio, quien graba sus recuerdos de aquellos días antes de que el Alzheimer borre su memoria. Porque «los que quedábamos vivos teníamos la obligación de vivir para contarlo».

 

«Nadie debería jamás privarnos de bailar.»


No hay comentarios:

Publicar un comentario