Estación Niebla | Enric Herce

 Diseño de cubierta: Alberto Martínez «Kisama» | Editorial: Red Key

SINOPSIS

Max tiene un trabajo relativamente tranquilo. Como policía de Higiene Ciudadana su misión es vigilar que todo el mundo en la Estación Niebla tome su dosis diaria de relev, una droga que controla la agresividad de las personas. Seguridad a cambio de libertad: ese es el precio a pagar tras la última devastadora guerra mundial que asoló la Tierra. Sin embargo, la introducción de una sustancia clandestina que neutraliza los efectos del relev amenaza con cambiar la gris existencia en el satélite artificial en el que vive.

Ese es el punto de partida de una trepidante investigación que llevará a Max a descubrir los oscuros intereses de las megacorporaciones que controlan la economía mundial, mientras mantiene una agónica lucha contra sus propios fantasmas del pasado.

OPINIÓN PERSONAL

Estación Niebla es una megalópolis en órbita, una de tantas ciudades que flotan en el espacio. Max trabaja en la llamada Europa2 como agente en el Departamento de Higiene Ciudadana. Su principal cometido es vigilar que la población consuma el relev, una droga psicoactiva que inutiliza al ser humano para la violencia. 

Sin embargo, Max decide ayudar a Yuna, una vendedora de un puesto de ramen, cuando descubren que lleva tres días sin consumir relev. Poco después de incumplir la ley, Yuna desaparece sin dejar rastro.

Mientras Max investiga la desaparición en secreto, el Departamento le adjudica una nueva compañera, Erika Silva, y les ordenan averiguar quién suministra una droga contraria al relev. El Stimo resulta prácticamente indetectable y su consumo podría desestabilizar la convivencia pacífica de la Estación.

La historia tiene un discurso narrativo demasiado confuso y caótico, tanto que me ha costado identificar las subtramas y establecer un orden cronológico. Son como piezas de un puzle que ha dejado caer sobre el tablero de manera completamente aleatoria y que, con mucha paciencia, haremos el esfuerzo de armar. 

Por si los saltos temporales no añadieran suficiente dificultad, Max es adicto a los recuerdos. Gracias a un visor, puede rememorar el pasado con su mujer y su hija. Pero su adicción está borrando los límites de la realidad, y últimamente un hombre desconocido se cuela en los momentos más importantes de su vida. Max confunde el presente con los recuerdos y los recuerdos con cosas que imagina.

A través de flashbacks conocemos también su pasado militar, aunque he percibido la estrategia militar a grandes rasgos. En el campo de batalla, estamos inmersos en una guerra mundial global y eterna, donde un virus amenaza la supervivencia de la humanidad y el ejército masacra sin hacer distinciones a los enemigos de la patria que fueron desterrados con el único objetivo de neutralizar el terrorismo.

Ejércitos que defienden fronteras, megacorporaciones que subvencionan campañas electorales, ruedas de prensa que callan más de lo que dicen... Cuando contemplas la obra en su totalidad, por fin confirmas que todas las tramas de Estación Niebla convergen en un retrato social crítico con el sistema económico y social vigente, por mucho que decore la actualidad con una visión más futurista y steampunk.

No voy a mentir, he estado a punto de abandonar su lectura. Pero mereció la pena.

 

«¿Dónde reside nuestra alma? ¿Qué nos hace ser tal y como somos? ¿Hay algo más allá de la personalidad y del yo?»

«La locura es la única cura sensata para tanta soledad.»