Diseño de cubierta: Diego Bober

SINOPSIS
Jesse Ortega es asesinado en un callejón el día de su cumpleaños. Hasta ahí solo sería una noticia más en el periódico. El problema es que no ha muerto.
Convertido en vampiro, Jesse acaba en el Sugar Rush, una curiosa heladería que sirve de refugio a aquellos de su especie que no quieren matar. Pero cuando aparece un cadáver desangrado y todas las pistas apuntan hacia él, la confianza en sus nuevos camaradas empieza a tambalearse. Y la llegada de un vampiro incivilizado a la ciudad solo le pone las cosas más difíciles.
Acompañado por Lena, Julian, Gina y Dominic, Jesse tendrá que aprender a valerse por sí mismo como vampiro y limpiar su nombre… o unirse a la salvaje revolución.
OPINIÓN PERSONAL
Jesse acaba de cumplir años por última vez. Un vampiro renegado le ha concedido la vida eterna en un callejón y después lo ha abandonado a su suerte. Jesse pasa las primeras horas de su transformación completamente solo, deambulando perdido por la ciudad e intentando resistirse al Hambre que amenaza con convertirlo en un monstruo. No sabe qué hacer con su vida ahora que es un no-muerto.
Por casualidades del destino, conoce a la hermana de un vampiro, una de las pocas humanas que están en contacto con la Comunidad Sobrenatural de San Francisco. Lena lo acompaña hasta la heladería Sugar Rush, un refugio de vampiros y otras criaturas.
En pocas páginas nombra a sus nuevos compañeros de viaje, pero los presenta escuetamente y es fácil quedarse con los rasgos característicos de cada uno. «Julian es distante, Gina es superficial, Lena es dura y además es humana, Caterine está loca, Sebastian es viejo y nuestro Padre es más viejo aún... Paul es un chico malo que sufre.»
Brujas, vampiros, hombres lobo... todas las criaturas del Nuevo Mundo comparten unas normas. Las sociedades sobrenaturales están regidas por un sistema de castas, donde el Concilio es la máxima autoridad y los demás respetan la oligarquía de la sangre. Es decir, los de arriba pisan a los de abajo. Sin embargo, algunos renegados no comparten esa obediencia feudal y la Comunidad Sobrenatural es un mundo lleno de traidores, mentirosos y asesinos.
Sangre fría es un libro de corte juvenil, con un punto hot y sangriento. La propia novela menciona unas cuantas veces la saga Crepúsculo y, salvando las distancias, es cierto que bebe de otras historias sobre vampiros en guerra, aunque le encuentro más diferencias que parecidos. Porque en apariencia es un libro sobre vampiros... pero no va de vampiros.
Cuando Jesse se convierte en sospechoso de asesinato, sus compañeros harán lo imposible por demostrar su inocencia. Pero la trama principal no es el crimen, sino el paralelismo de la comunidad sobrenatural con la sociedad humana. «Cuando al fin aceptas que eres eso, un vampiro, te das cuenta de que se parece demasiado a ser un adulto.»
Prácticamente todo el libro es un discurso sobre las expectativas de una sociedad injusta, la lucha de clases y la aceptación de uno mismo. El retrato social es tan crítico que me ha ganado en cada página.
Y mientras el mundo avanza un futuro en constante cambio, la heladería es el punto de encuentro de un grupo de amigos con maneras de entender la vida muy dispares que, a pesar de no cumplir años, crecen y maduran emocionalmente.
En ocasiones la novela me ha parecido más un desahogo personal que una obra literaria. El propio Jesse comenta en su cuaderno: «Pero también escribí, con una rapidez febril sin que se me cansara la mano ni la vista, todo tipo de pensamientos y reflexiones. Di voz a mis miedos, a mi tristeza profunda.» Un detalle que hace su lectura mucho más cercana y sentida.
En cuanto a las relaciones sentimentales que tienen lugar, el triángulo amoroso es superficial e instantáneo para mi gusto. La atracción sexual inmediata es creíble porque las emociones están muy bien descritas y además son seres sobrenaturales, pero ninguno de los tres me ha enamorado. Uno es tan perfecto y tan bueno, el otro es tan solo el chico malo. Con uno solo practica sexo salvaje, con el otro he echado de menos más intimidad.
Por el contrario, los vínculos de amistad tienen más recorrido y son menos tóxicos. De hecho, Lena se ha convertido enseguida en mi favorita, es casi imposible no empatizar con ella y he sufrido mucho más con su historia personal.
En general, tiene detalles sueltos que no me han convencido, pero con todo, me ha sorprendido los temas que toca, es un libro entretenido y la prosa te deja con ganas de leer los próximos libros de la autora.
«Me sentía más humano que nunca, es decir: solo y sometido a circunstancias vitales fuera de mi control.»
«Dejar de ser dueño de uno mismo es lo peor que puede pasar.»
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