28 septiembre 2023

Hellraiser: El corazón condenado | Clive Barker

Traducción: Juan Carlos Postigo Ríos | Imagen de cubierta: Sebastián Cabrol | Editorial: Hermida


SINOPSIS

En esta nueva versión al español de Hellraiser, que ahora publicamos con su título original, El corazón condenado, los lectores podrán acercarse a esta ya clásica novela de terror con una perspectiva nueva. Considerada la mejor novela de 1986 en el Reino Unido, treinta años después se ha convertido en una obra de culto tras la primera versión cinematográfica que se hizo de ella en 1987.

Clive Barker aborda en sus páginas cuestiones cruciales como el amor y la desesperación, el deseo, la muerte y la sangre mediante metáforas sugerentes, reflejando el hedonismo desenfrenado hasta límites trascendentes. La misión de los demonios llamados «cenobitas» es torturar con placer a los que acceden a ese nivel mediante la manipulación de un cubo cuya resolución da derecho a «tener las sensaciones más intensas». El resultado de la ceguera de quienes buscan el placer de forma vertiginosa, malinterpretando el mensaje de los cenobitas, no es otro que la llegada al mismo infierno.


OPINIÓN PERSONAL

Frank estaba decidido a resolver el enigma de la caja de Lemarchand, un artilugio construido por un maestro artesano que abría las puertas de un nuevo mundo. En el mundo conocido, no había nada que le motivara, sus ambiciones cada vez eran más inmundas e inmorales. Frank soñaba con alcanzar la cúpula del placer, hastiado de la condición humana, y le habían dicho que la caja guardaba maravillas.

La caja en realidad es un ritual que invoca a los cenobitas, teólogos de la Orden de la Incisión versados en las más altas esferas del placer... pero no era placer como lo entendía la humanidad. Frank queda así atrapado en el cuarto de los horrores, sometido a seres de rostros mutilados, decadentes y decrépitos que contemplan el sufrimiento como la más elevada de las diversiones.

¿Su única esperanza de liberación? Su hermano Rory y su esposa Julia acaban de mudarse a la casa que heredaron de la abuela, donde el hermano mayor llevó a cabo el ritual. Saben que Frank vivió en la casa unas semanas durante el verano anterior, pero hace tiempo que nadie ha vuelto a saber de él y no sospechan de su paradero.

El joven matrimonio inicia una convivencia impecable de cara a los demás, aunque su romance hace tiempo que no es tan idílico de puertas para dentro. Julia «no quería nada que él pudiera ofrecerle, excepto, tal vez, su ausencia». Su matrimonio está roto y la situación se agrava cuando ella descubre una habitación inhabitada, donde siente un bienestar culpable.

El corazón condenado es una historia de terror latente, sin duda las prácticas de los cenobitas son macabras, pero casi produce más escalofrío la espera, ese horror sutil que se mete bajo la piel, en caso de tenerla. La ambientación está bien construida, los personajes caminan sobre un escenario de tensión y duda.

De hecho, me ha descolocado que el núcleo de la trama principal es lo cotidiano: un matrimonio que se rompe, el dolor del deseo irrealizable y la desazón de los celos. Julia no lucha por la supervivencia, trata de salvar y reconstruir un amor perdido mientras el mundo se derrumba. Yo que siempre busco dobles lecturas, en este libro he encontrado unas cuantas, bien sean conscientes o involuntarias.

Es un relato bastante breve, algunos capítulos tienen más extensión que otros y el desarrollo se hace pausado. Las diatribas conyugales no eran de mi interés, pero se devora gracias a un estilo de escritura en crudo y visceral que retrata las emociones más oscuras sin florituras ni medias tintas.


«Todas las cosas se cansan con el tiempo y comienzan a buscar algún oponente que las salve de sí mismas.» 

«Parecía que todo aquello nunca tendría fin, sino locura.»


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