24 febrero 2024

Dulce como un pepinillo, limpio como un cerdito | Carson McCullers

Traducción: Celia Montolío | Ilustraciones: Rolf Gérald | Editorial: Siruela


SINOPSIS

En 1964, Carson McCullers publicó Dulce como un pepinillo, limpio como un cerdito casi por casualidad, cuando su editora, Joyce Hartman, se encontró con varios de los poemas y le pidió ver más.

En los veinte poemas que recoge esta edición bilingüe, la prestigiosa autora muestra de forma fresca y emotiva la mirada llena de inocencia, asombro y alegría de los más pequeños, así como su capacidad para cuestionar aquello que los adultos damos por hecho.

Las delicadas y divertidas ilustraciones de Rolf Gérard, aclamado escenógrafo y pintor alemán, consiguen captar la esencia de ensueño y contemplación con la que McCullers evoca la realidad en estos versos.


OPINIÓN PERSONAL

Cuando lees el simpático título de este poemario, enseguida percibes la esencia de las rimas que lo componen. Los versos plantean preguntas peculiares y observan el mundo con la mirada de un niño. Son poemas tiernos que retratan cosas populares, como la feria o Halloween. Otros son poemas escritos desde el pensamiento mágico de la infancia y no se entiende el sentido a la primera, aunque su lectura es igual de entretenida.

«¿Por qué está feo señalar a la gente con el dedo
pero no a una rata ni a un arcoíris?»

Como primera lectura me ha parecido un libro encantador, aunque se nota un poco el paso de los años. La primera edición se publicó en el 64 y presenta expresiones de otra época, como que un perro se agarre una moña o que la madre se esmere en preparar los platos favoritos de la familia. «El mar nunca lo vi; pero una vez amé a un marinero, ¿qué más puedo pedir?» En contadas veces es algo anticuado, pero en general, ha envejecido bastante bien.

En ese sentido, me han llamado la atención los poemas melancólicos, aquellos que expresan añoranza por el pasado o descontento con el mundo. Sus palabras destilan cierta tristeza en algunas páginas, como preguntarse dónde está ninguna parte o preocuparse por la jirafa que sueña con selvas donde no va a regresar. 

«No es un niño malo, es un niño triste.»

La extensión de cada poema no obedece a ninguna métrica, desde rimas de cinco o seis versos hasta poemas detallados y con historia que ocupan dos o tres páginas. La presente edición es bilingüe, con textos en inglés y español separados en dos partes.

Por último, las ilustraciones de Rolf Gérald son esbozos a lapicero en blanco, negro y amarillo. Me encanta el estilo, ha sido como volver a leer mis libros de la infancia.


«No me gustaría que el mundo fuera uno solo.»


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