25 abril 2024

Me hice escritor porque no sé dibujar | Jorge Ramos

Ilustraciones: Jorge Ramos (lo siente) | Diseño de cubierta: José Antonio Fernández


SINOPSIS

Antología que incluye una selección de cincuenta relatos, elegidos entre los cientos que he escrito a lo largo de mis más de diez años desarrollando este estilo literario. Está dividida en microrrelatos, relatos cortos y relatos, y en cada sección podrás encontrar varios cuentos, aquellos que, considero, reflejan mejor la voz que he ido forjando por mi experiencia, tanto escribiendo, como impartiendo clases de escritura creativa, disciplina de la que llevo siendo profesor más de seis años. De las ilustraciones, prefiero no decir nada.


OPINIÓN PERSONAL

Comienzo mi reseña confirmando que el escritor no solo ha tenido la desvergüenza de ilustrar una de las portadas más graciosas que he visto últimamente, también ha escrito un prólogo sincero que describe adecuadamente la esencia de esta antología: más de cincuenta relatos donde el niño y el adulto se dan la mano. Os aseguro que si leéis las primeras páginas, vais a devorar el resto del libro. Cabe tanta realidad en tan pocas líneas... 

La antología se divide en tres partes: microrrelatos (39), relatos cortos (13) y relatos (6); aunque es una pena que el libro no cuente con más categorías porque al inicio de cada una nos regala una ilustración. Son demasiados relatos para diseccionarlos uno por uno, además tendría que destripar la historia entera teniendo en cuenta su corta extensión. De modo que voy a reseñar unas ideas generales, el poso que me ha dejado el libro cuando lo he cerrado con una sonrisa de niña y adulta, triste y feliz.

Porque son relatos duros, que no os engañe la primera impresión. Hay historias de fantasía, de realismo mágico e incluso ciencia-ficción; pero todas tienen en común un trasfondo social que incomoda y apena. Retrata situaciones como el maltrato, la demencia o la drogadicción. Siempre desde una crítica mordaz que no deja títere con cabeza y con un sentido del humor algo gamberro que nos saca alguna que otra sonrisa ladeada. En muchos me he visto reflejada y otros me han conmovido.

Una antología que confirma a Jorge Ramos como un gran cuentacuentos capaz de transformar los momentos más cotidianos en pura fantasía, valiéndose de juegos de palabras y recursos literarios para imaginar mundos surrealistas donde las ilusiones se desbordan en un arroyo y los más desfavorecidos creen en la magia a pesar de todo. Historias originales que nos sorprenden con giros inesperados, el esquema de los relatos y el ritmo narrativo son perfectos.

Y ahora vais a permitir que exagere descaradamente para concluir esta reseña con mi propia crítica social: lo mejor del libro son las ilustraciones porque demuestran que, incluso cuando no sabes dibujar, el arte siempre será humano. Un aplauso por una portada y un título tan jodidamente creativos.

Otras obras del autor: Las tres vidas de nadie y Una ilusión renovada.


«Hay un niño viviendo en mi cabeza.»

«Soy vida, aunque sangre; vida, aunque duela; vida, aunque llore.»


No hay comentarios:

Publicar un comentario