Mi dulce niña | Romy Hausmann

Traducción: Laura Manero Jiménez | Editorial: Alianza

SINOPSIS

Una cabaña sin ventanas en medio del bosque. La vida de Lena y sus dos hijos sigue reglas estrictas: los horarios para comer, ir al baño o estudiar se respetan a rajatabla. El oxígeno les llega a través de un «aparato de circulación». El padre provee a la familia de alimentos, los protege de los peligros del mundo exterior, se ocupa de que sus hijos siempre tengan una madre. Pero un día consiguen escapar... y es entonces cuando empieza la verdadera pesadilla. Porque todo parece indicar que el secuestrador quiere recuperar lo es suyo.

En un thriller tan emocionalmente impactante como profundamente conmovedor, Romy Hausmann va desplegando línea a línea el panorama de un horror que sobrepasa toda capacidad de imaginación. 

OPINIÓN PERSONAL

Lena Beck desapareció hace catorce años cuando regresaba de una fiesta de la universidad. Sus padres no han dejado de buscarla, hasta que un día, por fin, suena el teléfono: Lena y su hija han conseguido escapar de su secuestrador y, aunque ella ha sufrido un accidente, sus vidas ya no corren peligro.

Duro y psicológicamente intenso, los primeros capítulos describen con detalle los últimos meses. Lena y sus hijos han sobrevivido a un infierno, encerrados en una cabaña del bosque. Mi dulce niña retrata el abuso, pero también el después de una desaparición, la reconstrucción de una víctima que consiguió escapar y el día a día de una familia rota por la desgracia.

La historia está narrada en primera persona, alternando entre Lena, su hija Hannah y Matthias, el padre de la víctima. Son testimonios poco fiables, los adultos guardan secretos y la niña no comprende el mundo real porque no ha conocido otra cosa. Su relato cierra los capítulos siempre en el punto álgido, con detalles que no encajan y una investigación en curso que irá resolviendo todas las incógnitas.

Por otro lado, habla en crudo de los medios sensacionalistas que acosan a la familia y sobrevuelan como buitres el escenario del crimen, la prensa amarillista que no busca informar y tergiversa la noticia para vender un titular jugoso. Una novela completa y crítica, que además ofrece buenas dosis de suspense.

«¿Qué contaré si algún día salgo de este agujero?»

«La libertad no había cambiado el hecho de que estaba encerrada.»

«La tristeza no es un sentimiento bonito. Me la imagino como un animalillo con muchos dientecitos puntiagudos que todos escondemos dentro de nuestro cuerpo. La mayor parte del tiempo está dormido, pero en ocasiones despierta y tiene hambre. Se puede notar incluso cómo empieza a roerte el corazón.»