Traducción: Lola Diez | Editorial: Siruela
SINOPSIS
Esta historia de la lucha de un niño por recuperar a su familia desgarra y conmueve, pero está también llena de humor y esperanza. La voz de Jamie tiene tanta fuerza que uno no puede evitar ponerse de su parte y ver el mundo a través de sus ojos.
OPINIÓN PERSONAL
«Parece ser que no he llorado desde el 9 de septiembre de hace casi cinco años, que fue cuando ocurrió lo de Rose.»
Hace cinco años, la hermana de James y Jas murió, y desde entonces sus cenizas "viven" sobre la repisa de la chimenea. La tragedia rompió a la familia. Su madre los abandonó por otro hombre y su padre se mudó de Londres con los niños.
Lejos de su madre desaparecida y de la ciudad que los ha visto crecer, los hermanos intentan adaptarse a los cambios y lidian como pueden con el alcoholismo de su padre, un hombre destrozado por la pérdida. Sus hijos se han vuelto invisibles para él, como si ellos también hubiesen muerto.
Una historia sobre los prejuicios y el racismo, que comienza desde el dolor de una experiencia traumática y visto a través de los ojos de un niño. Las palabras de odio que escucha a su padre pierden significado cuando James conoce a Sunya, la única niña musulmana de la escuela. Ambos son objeto de bullying y la autora no suaviza el papel de algunos profesores, quienes culpan a la víctima o miran para otro lado.
El narrador es el propio James, un niño de 10 años que contempla el mundo con esa inocencia tan pura. Si bien tiene pensamientos adultos para su edad, es una mente a medio camino entre el personaje y la escritora. Pese a la dureza, es una prosa tierna, con sentido del humor y llena de momentos entrañables que te hacen sonreír.
«Demasiado triste para llorar.»
No hay comentarios:
Publicar un comentario