Traducción: Íñigo F. Lomana | Editorial: Alba
SINOPSIS
El padre Gregory Sargent, después de administrar borracho una extremaunción, es trasladado a la pequeña parroquia de San Miguel. Acostumbrado a la brillante vida social e intelectual de San Francisco, recibe su nuevo destino como un castigo. Nada más llegar, sin embargo, tendrá que enfrentarse a un caso de «histeria sexual»: Susan Garth, una muchacha de dieciséis años «encantadora, formal y educada», con una súbita aversión a la iglesia, ha empezado a decir obscenidades, y un día se desnudó frente al antiguo párroco e intentó estrangularlo; además, el contacto de un crucifijo en el brazo le quema la piel. El obispo Crimmings tiene claro que está poseída y ordena un exorcismo. El padre Sargent, en cambio, racionalista y metódico, duda… pero ¿no será cierto, como decía Baudelaire, que «el engaño más ingenioso del Diablo consiste en persuadirnos de que no existe»? Mientras tanto, la gente se pregunta si los aullidos de mujer que se oyen en la casa parroquial se deben a una orgía o a una misa negra…
OPINIÓN PERSONAL
Susan Garth, una niña de dieciséis años huérfana de madre, padece algún tipo de trastorno mental aparentemente relacionado con la iglesia. Su padre tiene aversión a los psiquiatras y pide ayuda a Gregory Sargeant, el nuevo párroco de San Miguel. Al conocerla, Gregory piensa en un diagnóstico común de la época: esquizofrenia o ataques de histeria sexual, pero a medida que Susan desarrolla una actitud cada vez más “depravada”, el obispo Conrad Crimmings deduce que puede estar poseída por el Diablo.
El libro comienza con una presentación breve, pero certera, de los personajes. El nuevo párroco tiene sus propios problemas personales, le han enviado a San Miguel para empezar de cero y su pasado sale a la luz en el momento más inoportuno. Al margen de la trama principal, no dedica páginas a describir el vecindario, aunque tenemos ocasión de conocer a unos pocos fieles y su presencia provoca algún que otro enredo, casi irrelevante.
El peso de la novela, exorcismo aparte, son las dudas del párroco y los debates teológicos que mantiene con el obispo durante el ritual. Con el firme propósito de proteger la salud mental de la niña, Gregory persigue sin descanso una explicación racional basándose en una especie de psicoanálisis freudiano. Este nuevo enfoque aporta un punto de misterio a la historia, un giro que nos mantiene intrigados.
Publicado por primera vez en 1962, no aporta nada nuevo a día de hoy y los detalles del caso pecan de simples, pero es una lectura amena y entretenida que se devora en un santiamén. La “nota al pie” cuenta una anécdota que tuvo lugar durante la escritura del libro, una historia para no dormir en sí misma. El cierre perfecto.
«Las malas personas no se arrepienten nunca».
«No hay diferencia entre quien comete una maldad y quien desea en lo más profundo de su corazón que esa maldad sea cometida».
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